Barcelona proyecta convertir Montjuïc en un gran pulmón verde de 100 hectáreas

El Ayuntamiento de Barcelona quiere que la montaña de Montjuïc se convierta en la mayor acrópolis natural de la ciudad, un gran pulmón verde de 100 hectáreas. El proyecto inicial, realizado por el Instituto Cerdà, fue presentado ayer por el alcalde Joan Clos. Se trata de un proyecto que pretende transformar los usos de la montaña, sobre todo en la cota más alta, y convertirla en el mayor espacio natural de la ciudad. El coste inicial es de 25.000 millones de pesetas y la fecha prevista para que sea realidad, el 2004. El objetivo principal es integrar Montjuïc en la ciudad.

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El Ayuntamiento de Barcelona quiere que la montaña de Montjuïc se convierta en la mayor acrópolis natural de la ciudad, un gran pulmón verde de 100 hectáreas. El proyecto inicial, realizado por el Instituto Cerdà, fue presentado ayer por el alcalde Joan Clos. Se trata de un proyecto que pretende transformar los usos de la montaña, sobre todo en la cota más alta, y convertirla en el mayor espacio natural de la ciudad. El coste inicial es de 25.000 millones de pesetas y la fecha prevista para que sea realidad, el 2004. El objetivo principal es integrar Montjuïc en la ciudad.

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No será un parque natural mezcla de diferentes espacios del mundo, sino eminentemente mediterráneo. El macroparque abarcará desde Miramar hasta el Fossar de la Pedrera. Aunque se trata de un proyecto inicial, la futura acrópolis quiere integrar los diferentes espacios verdes ya existentes: los jardines botánicos -tanto el viejo como el nuevo- y los del Mirador del Alcalde y el Costa i Llovera, entre otros. A modo de esbozo, en la parte más alta de la montaña, la que rodea el castillo, el proyecto apunta la posibilidad de desarrollar zonas en las que se pueda disfrutar del color de la vegetación, pero también del olor, con árboles frutales y determinados tipos de flores. También se pretende recuperar el agua como uno de los elementos centrales de la futura acrópolis, y una de las ideas que sugiere el trabajo del Instituto Cerdà es el diseño de un lago en lo que hoy es la explanada del Sot del Migdia. Un corredor excavado en la roca permitirá conocer las entrañas más bajas de la montaña justo debajo del castillo. Esa pieza central de la parte más alta de la montaña se proyecta como un observatorio capaz de aglutinar un espacio concebido como un mirador tradicional, con la aplicación de las más recientes tecnologías para facilitar la visión a distancia. Dentro del macroparque quedarán integradas las zonas que estaban ocupadas por el parque de atracciones -que ya se está desmontando- y las instalaciones de tiro. El estudio base realizado por el Instituto Cerdà parte de la división de la montaña en tres grandes áreas. La inferior, o la cota más baja, para usos culturales ya bien definidos por los equipamientos existentes; la intermedia, destinada al deporte -es donde se encuentran todas las instalaciones olímpicas- y la última, la cota más alta, como el futuro macroparque. El presidente del instituto, Jordi Mercader, señaló ayer en la presentación del documento que el objetivo que se debe perseguir es "vertebrar el conjunto de la montaña". Metro a Montjuïc Para ello, el estudio insiste mucho en la necesidad de resolver la movilidad en Montjuïc y el acceso a la montaña para acabar con el predominio del coche privado. La propuesta defiende el papel del transporte público y, sobre todo, la llegada del metro como principal medio, además de otras alternativas, como un monorraíl elevado. En uno de los planos del documento se diseña el recorrido del metro -la ampliación de la línea 2-, que atravesaría la montaña para llegar a la Zona Franca. El estudio replantea los puntos de entrada a la montaña y establece cuatro puertas: la de la avenida de la Reina María Cristina, en la que se eliminarían los pasos actuales de los distintos recintos de la feria de muestras para sustituirlos por pasos subterráneos; la de la calle del Foc hasta llegar al Sot del Migdia -en el que se propone la construcción de un gran aparcamiento como efecto disuasorio del tráfico de vehículos privados-, otra en la parte de las Drassanes-Miramar en el lado de Poble Sec con el objetivo de integrar más la montaña en la ciudad; y, por último, otra entrada en la reformada plaza de Cerdà y la Gran Via. El alcalde subrayó que para que cuaje un proyecto de esas dimensiones hará falta unificar la gestión en un patronato que estaría dirigido por el Ayuntamiento, que ahora gestiona el 80% de la superficie. La Generalitat gestiona el 5% y otros agentes -como la Fundación Miró o el Poble Espanyol- el resto.

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