Difícil para Villalobos

Acertar en política no es fácil pero, curiosamente, hay un gesto que, alejando de la política a quien lo protagoniza, se convierte en un acierto político de categoría: el de la dimisión. Cuando un político decide dimitir, sean las que sean las causas que le conducen a esa decisión, suele conseguir para siempre el respeto de los ciudadanos. Ese gesto de abandonar el poder garantiza una renta de aprecio y respeto de los ciudadanos. Dimitir es difícil. Por eso es algo que nadie debería utilizar demagógicamente. De la dimisión no se habla, la dimisión se decide y sólo así vale el gesto y es grand...

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Acertar en política no es fácil pero, curiosamente, hay un gesto que, alejando de la política a quien lo protagoniza, se convierte en un acierto político de categoría: el de la dimisión. Cuando un político decide dimitir, sean las que sean las causas que le conducen a esa decisión, suele conseguir para siempre el respeto de los ciudadanos. Ese gesto de abandonar el poder garantiza una renta de aprecio y respeto de los ciudadanos. Dimitir es difícil. Por eso es algo que nadie debería utilizar demagógicamente. De la dimisión no se habla, la dimisión se decide y sólo así vale el gesto y es grande. Celia Villalobos, alcaldesa de Málaga, aseguraba hace muchos meses, cuando todavía era pronto y hablar no costaba nada, que si no había compromiso del Gobierno con el AVE a Málaga, ella dimitiría. El Gobierno ha decidido retirar el proyecto del Fondo de Cohesión Europeo hasta el año 2006; eso, según Javier Arenas, no quiere decir que el futuro del AVE esté en el aire y Teófila Martínez asegura que hasta que el Gobierno no diga en el Parlamento que no habrá AVE a Málaga, el proyecto sigue adelante. Arenas y Martínez no tienen más remedio que salir al paso con palabras que nada tienen que ver con los hechos, que son los que cuentan y los que ponen en aprietos a Villalobos. Si la alcaldesa de Málaga debe o no dimitir por la decisión de Aznar de llevar el AVE a Valladolid, es cosa suya; pero si lo hiciera, primero perdería su poder para siempre y no sólo el del gobierno municipal de Málaga, sino el que tenga o pueda tener en su partido, por oponerse a una decisión de su jefe máximo. Pero luego, sin duda, semejante gesto la alzaría a las cotas más altas del aprecio y la popularidad, tanto que hasta podría hacer en Málaga su propio partido y ganar elecciones durante años. En fin, lo escrito es un exceso y nadie que pretenda hablar en serio debe llegar tan lejos. No sé si pretendo hablar en serio, pero debería. Por tanto, sencillamente constato que Celia Villalobos ha hecho bandera del AVE a Málaga, que se ha comprometido mucho por el AVE a Málaga y que el AVE se va a Valladolid. Los suyos se lo han puesto difícil a Celia Villalobos.MARÍA ESPERANZA SÁNCHEZ

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