Reportaje:

La obsesión de conquistar mercados extranjeros

La obsesión de Centralair es salir al extranjero. Jesús M. Lazcano, gerente de la firma, asegura que el problema de las empresas españolas es que se creen que todo lo que tenemos en casa es peor. Lazcano, parafraseando a un compañero de profesión, recuerda que los españoles somos capaces de aprender el rigor de los alemanes, pero que ellos nunca serán capaces de aprender nuestra imaginación. Basándose en esta premisa se ha impuesto, casi como una obligación, salir al exterior y terminar así de demostrar que su producto es mejor. Su competencia son, esencialmente, las compañías multinacional...

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La obsesión de Centralair es salir al extranjero. Jesús M. Lazcano, gerente de la firma, asegura que el problema de las empresas españolas es que se creen que todo lo que tenemos en casa es peor. Lazcano, parafraseando a un compañero de profesión, recuerda que los españoles somos capaces de aprender el rigor de los alemanes, pero que ellos nunca serán capaces de aprender nuestra imaginación. Basándose en esta premisa se ha impuesto, casi como una obligación, salir al exterior y terminar así de demostrar que su producto es mejor. Su competencia son, esencialmente, las compañías multinacionales, y si estas entran en España, razona, conviene también salir a su terreno. Su primera gran aproximación se ha hecho vía Portugal, donde se ha adquirido el 52% de Tomair Norte, cuyas sedes en Lisboa y Oporto ofrecen una buena red de asistencia en el país vecino. "En esta zona tenemos que ir con cuidado. Se trata de no ir pisando susceptibilidades. A los portugueses les pasa con nosotros como a nosotros con los franceses", indica Lazcano. En Portugal, Centralair cuenta con una plantilla de ocho personas. La segunda fase de su plan exterior pasa por haber contactado con cuatro distribuidoras en todo el mundo y reservarse de forma directa el mercado europeo. En todo caso, Centralai ya ha establecido un calendario de expansión exterior. En al año 2000 su reto es Italia y Francia, en el 2001, Alemania, y por fin, en el 2002, Gran Bretaña. La vía de su expansión exterior no está cerrada. Todavía no saben si acudirán a estos mercados por la compra de otros productos, pero lo que sí tienen claro es que el ritmo de inversiones ordinarias les permite dedicar a este fin 25 millones de pesetas al año. "La ventaja es comprar un negocio que ya esté establecido. Para lograr una buena inversión es más importante la oportunidad y la intuición que la planificación. Hay que estar al acecho y a partir de ahí ir paso a paso", señala Lazcano.

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