Escenas abigarradas

La portada de Santa María la Real alberga en realidad dos portadas distintas que generan graves dificultades de interpretación. Intervinieron en ella al menos dos escultores: el llamado maestro de San Juan de la Peña, en la parte superior, de finales del siglo XIII, y el maestro Leodegario, de origen francés, que trabajó la zona inferior a comienzos del XIII. El resultado es un abigarrado ejemplo de catequesis doctrinal. Evangelistas se mezclan con escenas del juicio final, guerreros, clérigos, peregrinos, ángeles, representaciones de los vicios (la lujuria, la avaricia), artesanos, San Miguel...

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La portada de Santa María la Real alberga en realidad dos portadas distintas que generan graves dificultades de interpretación. Intervinieron en ella al menos dos escultores: el llamado maestro de San Juan de la Peña, en la parte superior, de finales del siglo XIII, y el maestro Leodegario, de origen francés, que trabajó la zona inferior a comienzos del XIII. El resultado es un abigarrado ejemplo de catequesis doctrinal. Evangelistas se mezclan con escenas del juicio final, guerreros, clérigos, peregrinos, ángeles, representaciones de los vicios (la lujuria, la avaricia), artesanos, San Miguel y animales fantásticos, cruce de mamíferos, reptiles y aves. Pero lo que más llama la atención de los estudiosos es la representación de la saga nórdica de Sigurd, leyenda que pudo llegar a través del Camino de Santiago.

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