Tribuna:

Arquitectos

JOSÉ MANUEL ALONSO "La arquitectura monumental del nuevo milenio comienza con el edificio de Frank Gehry en Bilbao, el Guggenheim". Éste fue el resultado de una encuesta realizada por un periódico de Barcelona en la que opinaban los arquitectos que asistían a un congreso de la especialidad. Y hace unas pocas semanas, en un congreso de Madrid, el arquitecto norteamericano Peter Eisenman decía que "el Museo Guggenheim Bilbao es el ejemplo que siguen ahora los estudiantes en las universidades americanas, fundamentalmente por el efecto producido en su entorno y porque ha revolucionado una ciudad"...

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JOSÉ MANUEL ALONSO "La arquitectura monumental del nuevo milenio comienza con el edificio de Frank Gehry en Bilbao, el Guggenheim". Éste fue el resultado de una encuesta realizada por un periódico de Barcelona en la que opinaban los arquitectos que asistían a un congreso de la especialidad. Y hace unas pocas semanas, en un congreso de Madrid, el arquitecto norteamericano Peter Eisenman decía que "el Museo Guggenheim Bilbao es el ejemplo que siguen ahora los estudiantes en las universidades americanas, fundamentalmente por el efecto producido en su entorno y porque ha revolucionado una ciudad". Eisenman, que en la actualidad está construyendo el Monumento al Holocausto, iba más allá: "Es un edificio que crea riqueza y cultura", cumpliéndose así una máxima muy americana que dice que la inversión en cultura nunca se devalúa. A finales de los sesenta, el que fuera extraordinario arquitecto bilbaíno Juan Daniel Fullaondo escribía sobre Frank Lloyd Wright, autor del Guggenheim de Nueva York (1946-59): "Es, de todos los maestros, el que quizás haya elevado el mayor canto a la voluntad individual y a la personalidad de nuestro tiempo. La apertura del Guggenheim es espiritual, fascinante, sorprendente, como si fuera un cambio de tercio, como voluntad magistral de actuación en lo aparentemente insólito, en el desmarque, en la confluencia de parámetros; además, es obra específica, unívoca, determinante". No es extraño, por tanto, que desde 1959 el Guggenheim de Nueva York haya sido visitado prácticamente por todos los arquitectos de ejercicio en el mundo y que ahora lo esté siendo el de Bilbao. "Esos profesionales", decía una persona que está muy próxima a estas visitas al museo vasco, "son los más interesados no sólo en el edificio, sino también en el arte y en la historia de la ciudad, para entenderla arquitectónica y urbanísticamente. Son, además, cultos al viejo y nuevo estilo, y saben lo que hablan y por qué lo hablan. Da gusto trabajar con ellos". Así que todos contentos. ¡Bienvenidos sean los arquitectos!

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