Greenspan atribuye a la revolución informática la actual bonanza de EEUU

Alan Greenspan reconoció ayer lo que predica toda una corriente de pensamiento económico estadounidense: la revolución informática está teniendo un efecto decisivo sobre la duración y vigor del crecimiento económico de Estados Unidos, al incrementar la productividad de los trabajadores y empujar hacia abajo los precios.El presidente de la Reserva Federal aceptó como un "factor poderoso" en el ciclo actual las fuertes inversiones realizadas por las empresas en ordenadores y otros productos de alta tecnología, gracias a los bajos tipos de interés.

En una conferencia en Chicago, Greenspan ...

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Alan Greenspan reconoció ayer lo que predica toda una corriente de pensamiento económico estadounidense: la revolución informática está teniendo un efecto decisivo sobre la duración y vigor del crecimiento económico de Estados Unidos, al incrementar la productividad de los trabajadores y empujar hacia abajo los precios.El presidente de la Reserva Federal aceptó como un "factor poderoso" en el ciclo actual las fuertes inversiones realizadas por las empresas en ordenadores y otros productos de alta tecnología, gracias a los bajos tipos de interés.

En una conferencia en Chicago, Greenspan hizo una especie de autocrítica al afirmar: "Las previsiones de crecimiento e inflación de nuestro comité de mercados abiertos no han estado en sintonía con la economía real de EE UU en los últimos años. Hemos sobrevalorado crónicamente la inflación y minusvalorado el crecimiento del PIB". En ese error pesa el hecho de que el incremento de la productividad de las empresas del país norteamericano, que se situaba en un 1% anual a comienzo de esta década, alcanza ahora un 3% anual.

Greenspan, no obstante, se negó a hablar de "una nueva era" en la cual un EE UU introducido ya en plena revolución de la informática y la transmisión de datos pueda crecer a gran velocidad de modo indefinido. "A lo largo de mi vida", dijo, "he visto anunciadas muchas nuevas eras, que luego han desaparecido".

El presidente de la Reserva Federal (banco central) de EEUU calificó de "verdaderamente fenomenal" los resultados de la economía estadounidense en esta década. Pero, como ha señalado en todas sus intervenciones de los últimos años, advirtió contra dos riesgos permanentes. Uno de ellos es la posibilidad de que el bajo nivel de desempleo termine llevando a los trabajadores a pedir aumentos salariales, con su correspondiente efecto en la inflación.

Wall Street, que ayer se interesó más por el acuerdo entre Microsoft y ATT sobre el futuro del mercado de la transmisión de datos que por las palabras de Greenspan, estará hoy muy atento a las últimas cifras sobre empleo del Gobierno federal.

El desempleo ha descendido en EE UU al 4,2%, su nivel más bajo en los últimos 29 años. Pero todavía no se ha producido el efecto clásico esperado por los economistas de un incremento de la presión salarial a partir de un nivel situado por debajo del 6% de paro.

Crisis externas

La segunda sombra citada por Greenspan en Chicago tampoco es nueva: los posibles efectos negativos de las crisis económicas en el exterior. Greenspan señaló la existencia de signos positivos de recuperación en los países asiáticos, pero añadió que esa recuperación "aunque real, sigue siendo frágil". "Con un poco de ayuda, esas naciones pueden ir disipando gradualmente la crisis de los dos últimos años y evolucionar hacia el camino de una recuperación significativa", dijo.El presidente de la Reserva Federal volvió a advertir del peligro para la primera economía del planeta por su extraordinario y creciente déficit comercial. "Hay un límite para que la duración y profundidad de esos déficits pueda ser soportada", dijo. Y predicó de nuevo contra el "entusiasmo" de los inversores en Wall Street, que han llevado las cotizaciones de las acciones a niveles récord.

Los analistas, sin embargo, no creen que la Reserva Federal cambie sus tipos de interés en la reunión del próximo 20 de mayo, a no ser que emerjan signos de que el mercado de trabajo está empujando en una dirección inflacionista.

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