Clos anuncia que Barcelona tendrá un observatorio de la libertad de expresión

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, acogió ayer con entusiasmo la idea de que Barcelona se convierta en sede de un observatorio de la libertad de expresión para el área mediterránea. La propuesta fue lanzada públicamente por el periodista Enric Sopena en un acto en la Casa de l"Ardiaca en el que el depósito documental de la Hemeroteca Municipal recibió el nombre de Josep Maria Lladó, periodista fallecido mañana hará tres años a la edad de 86, que se destacó por su defensa de la democracia y las libertades, en particular la de prensa.

El acto, al que asistió una nutrida representación de...

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El alcalde de Barcelona, Joan Clos, acogió ayer con entusiasmo la idea de que Barcelona se convierta en sede de un observatorio de la libertad de expresión para el área mediterránea. La propuesta fue lanzada públicamente por el periodista Enric Sopena en un acto en la Casa de l"Ardiaca en el que el depósito documental de la Hemeroteca Municipal recibió el nombre de Josep Maria Lladó, periodista fallecido mañana hará tres años a la edad de 86, que se destacó por su defensa de la democracia y las libertades, en particular la de prensa.

El acto, al que asistió una nutrida representación de la profesión periodística y familiares de Lladó -su esposa, Concha Ruiz, y su hijo, entre ellos-, se convirtió en un homenaje al hombre que en 1936 dirigía La Humanitat, el diario de Esquerra Republicana, y que tras la guerra civil tuvo que exiliarse. El reconocimiento se extendió a los periodistas que, como él, han ejercido y aún ejercen su trabajo en un contexto de falta de libertad. El Ayuntamiento de Barcelona eligió precisamente la fecha de ayer, Día Mundial de la Libertad de Expresión, para recordar a esos profesionales. Y los personificó en Lladó y en dos jovencísimos periodistas de Kosovo, Garantina Kraja y Nebi Qena, redactores del diario Koha Ditore, a quienes Barcelona ha cobijado después de que los serbios quemaran la redacción del rotativo y se vieran obligados a huir. Kraja y Qena, sentados en primera fila, siguieron atentamente las intervenciones del alcalde y de los periodistas que hablaron durante el acto -el presidente del Grupo de Periodistas Progresistas Josep Maria Lladó, Enric Sopena; el decano del Colegio de Periodistas, Salvador Alsius, y su antecesor, Josep Pernau-, y aunque no entendieron sus palabras, sí comprendieron el mensaje. Al final recibieron un caluroso aplauso de los asistentes. Espoleado por Sopena, quien pidió al alcalde, en público, que una calle de la ciudad lleve el nombre de Lladó y la creación de un observatorio de la libertad de expresión, Clos aceptó los envites, que ya conocía. Y para demostrar su interés por la iniciativa del observatorio, parafraseó al Nobel de Economía Amartya Sen: "Dice él que donde hay libertad de prensa, no hay hambre". Los oradores coincidieron en destacar las cualidades de Lladó. De él, Clos dijo que fue "un periodista modélico y una persona valiente". Sopena señaló que nunca ocultó sus ideas políticas, su catalanismo y su apuesta por la convivencia. Pernau recordó que, por ser como era, a la vuelta del exilio recibió el apoyo de la clase periodística para ser aceptado en la Asociación de la Prensa, y Alsius destacó sus valores personales, que le hicieron ejercer "con sentido de la verdad".

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