El obispo de Bilbao condena "el hostigamiento" a algunos políticos "por sus legítimas aspiraciones"

El obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, afirmó ayer en la capital vizcaína que lamenta y condena "el hostigamiento que determinadas personas y grupos vienen padeciendo por sus legítimas aspiraciones políticas" y opinó que la confianza de la sociedad en la tregua de ETA será más firme si ésta va unida al reconocimiento de que ejercitar la violencia no es sólo una "estrategia equivocada, o desacreditada por las circunstancias, sino moralmente inaceptable" por justa que sea la finalidad que se persiga con ella. Blázquez tuvo un recuerdo para los presos y lamentó el dolor de sus familias.

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El obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, afirmó ayer en la capital vizcaína que lamenta y condena "el hostigamiento que determinadas personas y grupos vienen padeciendo por sus legítimas aspiraciones políticas" y opinó que la confianza de la sociedad en la tregua de ETA será más firme si ésta va unida al reconocimiento de que ejercitar la violencia no es sólo una "estrategia equivocada, o desacreditada por las circunstancias, sino moralmente inaceptable" por justa que sea la finalidad que se persiga con ella. Blázquez tuvo un recuerdo para los presos y lamentó el dolor de sus familias.

Blázquez hizo estas declaraciones dentro de su homilía durante una eucaristía desarrollada en la Feria de Muestras de la capital vizcaína, donde se realizó la jornada Ocho horas por la paz y la reconciliación dentro de los actos organizados por la comunidad diocesana de Vizcaya. Miles de personas (entre 8.000 y 10.000 según cálculos del obispado) acudieron a escuchar una homilía en la que el prelado aseguró que la paz es posible y calificó los actos violentos hacia determinados cargos políticos (los del Partido Popular y el PSOE fundamentalmente) como "una herida a la esperanza de paz, un procedimiento netamente antidemocrático y motivo de malestar, en primer lugar, por supuesto, para los que lo padecen, pero también para la sociedad en su conjunto".

Durante la homilía, Blázquez señaló que la paz no puede ser resultado de estrategias, sino fruto del respeto a la persona y sus derechos, "a la justicia, la libertad y la convivencia en la sociedad con los rasgos históricos y culturales que la identifican".

Derechos inalienables

Mostró su alegría por que en los últimos meses no se hayan producido asesinatos y tuvo un recuerdo hacia los presos. "Aunque una persona esté internada en un centro penitenciario con sentencia justa, no deja, por esto, de sufrir ella y sus familiares", señaló Blázquez y puntualizó que "la persona encarcelada continúa siendo sujeto de derechos inalienables". A este respecto, el obispo de Bilbao citó unas palabras de Jesús, según los evangelios: "Estuve en la cárcel y vinisteis a verme".

Asimismo, señaló que si los responsables de la sociedad, que tienen el protagonismo en el proceso de pacificación, no se "encontraran o fijaran un itinerario suficientemente compartido, se transmitirían las divergencias a la sociedad y se mermaría el resultado de los esfuerzos que se hacen por parte de unos y de otros a favor de la sociedad".

A su entender, la sociedad, está dispuesta a "soportar sacrificios razonables" para alcanzar la paz, ya que se encuentra en una situación que calificó de "oportunidad histórica". Blázquez pidió a Dios que la actuación de los políticos en su búsqueda de la paz "esté guiada por la clarividencia, la generosidad y la atención a las justas aspiraciones del pueblo".

Para el obispo de Bilbao, que consideró este momento una "etapa esperanzadora de pacificación", el diálogo es la vía para "buscar unidos la paz". En este sentido, dijo que los medios de comunicación pueden contribuir eficazmente a "desarmar la palabra" en la sociedad.

Premio a los esfuerzos

Durante la eucaristía se leyó también un Manifiesto por la paz en el que denunció todo acto de violencia, "todo atentado contra la vida o dignidad de las personas, todo secuestro o extorsión, toda tortura", como medio para conseguir cualquier fin, "por justo que sea". Además, mostró el compromiso de promover y "premiar los esfuerzos de aquellos que intentan buscar la paz a través del diálogo".

Antes del oficio religioso, concelebrado por varios religiosos, entre ellos Isaac Díez, cuñado de José Antonio Ortega Lara y portavoz de la familia durante el cautiverio del funcionario de prisiones a manos de ETA, un grupo de familiares de presos de la banda terrorista reclamó el acercamiento de los reclusos a cárceles de Euskadi.