La empresa española quiere aumentar su presencia en proyectos conjuntos y mantener productos propios

J. M. Z., Madrid Casi por sorpresa, Construcciones Aeronáuticas (CASA), que salió de pérdidas en 1993, ocupa el centro del debate sobre la reordenación del sector aeroespacial europeo y es referencia obligada de grupos mucho mayores. La SEPI no quiere dejar pasar la oportunidad y se ha marcado daros objetivos.

En primer lugar, la alianza debe consolidar la posición de CASA en Airbus, o sea, incrementar la carga de trabajo en cada uno de los proyectos del consorcio europeo. De hecho, CASA ya ha previsto la segregación de los activos dedicados a actividades de Airbus y prepara la integrac...

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J. M. Z., Madrid Casi por sorpresa, Construcciones Aeronáuticas (CASA), que salió de pérdidas en 1993, ocupa el centro del debate sobre la reordenación del sector aeroespacial europeo y es referencia obligada de grupos mucho mayores. La SEPI no quiere dejar pasar la oportunidad y se ha marcado daros objetivos.

En primer lugar, la alianza debe consolidar la posición de CASA en Airbus, o sea, incrementar la carga de trabajo en cada uno de los proyectos del consorcio europeo. De hecho, CASA ya ha previsto la segregación de los activos dedicados a actividades de Airbus y prepara la integración de Airbus Spain en la futura sociedad anónima europea.

El Gobierno español quiere que CASA lidere el sector de aviones de transporte militar, con productos propios —C-295, que entrará en servicio en el 2000— y a través del proyecto A400M, que desarrolla la filial militar de Airbus. El objetivo es traer a España el centro de ensamblaje del futuro avión de transporte militar europeo. En el área de aviones de combate, CASA es contratista principal de Eurofighter —lo que significa que prevé ingresar 324.000 millones de pesetas con la venta de cazas ya comprometidos—, lo que, unido a su participación en Arianespace, aumenta su atractivo.

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La sociedad, con inversiones previstas de 216.017 millones de pesetas en el periodo 1998-2003 para mejorar su competitividad, persigue fortalecer también sus productos propios. Especialmente el área de componentes, con la fibra de carbono como producto estrella. También quiere mantenerse en el mercado de aviones de menos de 100 plazas, de gran potencial en el mercado americano y que no desarrollará la futura Airbus.

La empresa prefiere que todas las actividades espaciales formen parte de una grupo europeo, pero quiere garantizarse una participación en el segmento de helicópteros y en el de aviones de entrenamiento basándose en su experiencia con el C-101 y el proyecto AX, un modesto caza de entrenamiento que algunos ven con posibilidades de exportación a América Latina y Asia.

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