Ruta de aceite
Iznatoraf puede ser el centro de operaciones de muchas visitas. Puede, por ejemplo, suponer un paseo vespertino, de vuelta de las sierras de Cazorla, Segura y las Villas. O el punto de partida para introducirse en el Parque Natural. No tiene infraestructura hotelera, pero en el bar Yedra, a mitad de camino entre la plaza y la calle Carrera, es posible alquilar una habitación. Si el aforo está repleto se puede preguntar por Victoria, una vecina que también alquila habitaciones. Los torafeños se muestran prestos a colaborar con el visitante e indicar lugares donde pasar la noche o tomar unas cañ...
Iznatoraf puede ser el centro de operaciones de muchas visitas. Puede, por ejemplo, suponer un paseo vespertino, de vuelta de las sierras de Cazorla, Segura y las Villas. O el punto de partida para introducirse en el Parque Natural. No tiene infraestructura hotelera, pero en el bar Yedra, a mitad de camino entre la plaza y la calle Carrera, es posible alquilar una habitación. Si el aforo está repleto se puede preguntar por Victoria, una vecina que también alquila habitaciones. Los torafeños se muestran prestos a colaborar con el visitante e indicar lugares donde pasar la noche o tomar unas cañas. Si lo que se quiere es repostar energías, nada como el lomo de orza -curado en aceite de la tierra- o el ajo de morcilla de la última matanza. Los guisos de la comarca: migas, andrajos o el popular potaje de Semana Santa, sin avíos de carne, son plato común en restaurantes como Fuentenueva, en la carretera Córdoba-Valencia. Pero eso siempre llegará después de la ligá, el tapeo que precede a cualquier comida, que puede comenzar en La Parada, y en el que, como acompañamiento básico de los vinos de Torreperogil, aparecen siempre las aceitunas en aliño, el bacalao y las habas de temporada, para compartir con pan horneado con leña y empapado en aceite extraído, probablemente, de los mismos olivos que cubren las faldas del monte.