Sanidad negó datos a los auditores de la Liga contra el Cáncer de Tarragona

El Departamento de Sanidad no respondió al requerimiento de los auditores que fiscalizaron las cuentas correspondientes a 1997 de la Liga contra el Cáncer de Tarragona y que pretendían contrastar los saldos referidos a las subvenciones que la entidad recibía del organismo. La Liga contra el Cáncer está siendo investigada por el juez por un presunto delito de malversación de fondos o apropiación indebida. Sanidad ha subvencionado a la Liga desde 1994, pese a que en las memorias anuales de la entidad se percibe que su contabilidad refleja movimientos contradictorios.

Los auditores, contra...

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El Departamento de Sanidad no respondió al requerimiento de los auditores que fiscalizaron las cuentas correspondientes a 1997 de la Liga contra el Cáncer de Tarragona y que pretendían contrastar los saldos referidos a las subvenciones que la entidad recibía del organismo. La Liga contra el Cáncer está siendo investigada por el juez por un presunto delito de malversación de fondos o apropiación indebida. Sanidad ha subvencionado a la Liga desde 1994, pese a que en las memorias anuales de la entidad se percibe que su contabilidad refleja movimientos contradictorios.

Los auditores, contratados por la propia Liga para fiscalizar las cuentas de 1997 y pertenecientes a la firma Faura-Casas, no pudieron contrastar las subvenciones recibidas desde el Servicio Catalán de la Salud, organismo que controla la sanidad pública y que depende del Departamento de Sanidad, ya que no contestó a sus requerimientos. Por tanto, los auditores no recibieron confirmación alguna de que los 22 millones de pesetas apuntados en la contabilidad de la Liga como ingresos por subvenciones, lo fueran realmente. La auditoría, incluida en el sumario que instruye en el juzgado número 3 de Tarragona, apunta asimismo que la Liga, pese a ser en principio una organización exenta de impuestos, sus bienes patrimoniales y su personas sí están sometidos a fiscalidad. Faura-Casas advierte que en los últimos cinco años, el organismo no ha cumplido con Hacienda y que en caso de inspección "se generaría un número mayor de pasivos". Asimismo, en la fiscalización se da cuenta de que la Liga utiliza criterios de caja para su contabilidad, "que podrían comportar un trasvase de resultados". Finalmente, el informe concluye con la imposibilidad de "expresar una opinión sobre los estados financieros a 31 de diciembre de 1997, ni de los resultados de sus operaciones, según normas aceptables." Esta auditoría, pese a que fue realizada por una empresa vinculada a la que llevaba de forma regular la contabilidad de las Liga, revela un gran número de anomalías y trató de ocultarse a los socios de la entidad por parte de miembros de la junta. Contradicción Las mismas irregularidades se pueden detectar en la publicación de las memorias anuales del organismo desde 1994. Así en aquel año aparecen bajo los epígrafes excedente y superávit dos cifras completamente diferentes: la primera de 19,5 millones y la segunda de 12,5 millones. Mientras que los ingresos aparecen claramente detallados, no ocurre así con los gastos, que, de forma general, hacen referencia a inversiones en equipos, a salarios y Seguridad Social o a material fungible. Esta situación se mantuvo hasta 1997, cuando se consignó como gasto de personal una indemnización de cuatro millones por el despido de una secretaria, realizado en 1996. Pese a estas iregularidades, la Liga continuó con subvenciones de Sanidad. El delegado de Sanidad en Tarragona, Josep Maria Adserà, reconoció ayer haber recibido las memorias anuales de la Liga, pero puntualizó que el convenio que se renueva todos los años con la entidad está basado sólo en el registro de la población sobre cáncer que realiza la organización, por lo que el control sobre sus cuentas no es de su competencia. Según Adserà, el convenio se regula merced a la presentación del libro en el que se realiza dicho recuento y añadió que no existe otra vinculación. Respecto al silencio de Sanidad con los auditores, Adserà aseguró: "Todos las cláusulas de los convenios son públicas y reciben fiscalización institucional." La denuncia contra los directivos de la Liga fue puesta por su ex tesorero y su ex vicepresidente, que advirtieron anomalías como la supuesta manipulación de una herencia, la emisión de cheques sin las firmas requeridas, una contabilidad defectuosa y oscura y el pago de sueldos millonarios. La Liga gastó en 1998 el doble en desplazamientos y gastos de representación que en ayudas a enfermos de cáncer.

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