El policía que mató a un ladrón declara que se le disparó el arma

El policía nacional que mató de un tiro a un ladrón en la noche del martes en San Sebastián de los Reyes declaró ayer ante la juez que el arma se le disparó de forma fortuita. En su reconstrucción de los hechos, el agente afirmó, según fuentes de su defensa, que la víctima, que acababa de robar la caja registradora de una cristalería (y no del hipermercado Pryca), se lanzó supuestamente a por él con un cuchillo en sus manos. El policía, A.A.L, de 50 años, efectuó un disparo intimidatorio al aire, pero el supuesto delincuente no retrocedió, sino que le gritó: "¡Cabrón, tú a mí no me vuelves a d...

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El policía nacional que mató de un tiro a un ladrón en la noche del martes en San Sebastián de los Reyes declaró ayer ante la juez que el arma se le disparó de forma fortuita. En su reconstrucción de los hechos, el agente afirmó, según fuentes de su defensa, que la víctima, que acababa de robar la caja registradora de una cristalería (y no del hipermercado Pryca), se lanzó supuestamente a por él con un cuchillo en sus manos. El policía, A.A.L, de 50 años, efectuó un disparo intimidatorio al aire, pero el supuesto delincuente no retrocedió, sino que le gritó: "¡Cabrón, tú a mí no me vuelves a detener!". Acto seguido, el agente, siempre según su declaración, retrocedió por un solar lleno de cascotes y alambres hasta tropezar con una máquina perforadora. Cayó hacia atrás y fue entonces cuando su arma se disparó. La bala atravesó el tórax de Luis V. P., de 35 años, que falleció en el acto.La Jefatura Superior de Policía destacó que "el comportamiento agresivo de la víctima se debió a que se hallaba bajo los efectos de algún estupefaciente, pues era conocida su adicción a estas sustancias".

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La familia del fallecido lamentó ayer lo ocurrido. "Era un chico con problemas, pero nunca podíamos esperar que acabase así", comentó un pariente cercano. PÁGINA 6

Ruidos metálicos

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A los pocos minutos, dos agentes se personaron en la cristalería para investigar la denuncia telefónica. Siguiendo las indicaciones del vecino, los agentes se acercaron a las obras para rastrear la zona. Para ello se separaron. Uno escuchó ruidos metálicos detrás de un camión aparcado en el interior del solar. Cuando se acercó a ese punto, sorprendió a Luis V. P. reventando una caja registradora.Según la Jefatura Superior de Policía, al escuchar la voz de "alto, policía", Luis, navaja en mano, se abalanzó contra el agente, que intentó intimidarle con un disparo al aire. El policía ha declarado ante el juez, según fuentes de su defensa, que el presunto ladrón se abalanzó contra él mientras le gritaba: "¡Cabrón, tú a mí no me vuelves a detener! Me da igual la pistola, te voy a matar". El funcionario retrocedió unos metros ante el ataque de Luis. Se cayó y su arma se disparó, según la declaración del funcionario.

El fallecido tenía en los bolsillos unas monedas sueltas, el único dinero que presuntamente habían dejado en la caja del establecimiento. En el solar, la policía recuperó los dos casquillos percutidos y la caja registradora, reventada y vacía.

Luis González, uno de los tres propietarios de la cristalería, no pudo ayer precisar la cantidad de dinero que había en la caja, aunque aseguró que sólo había algunas monedas y algún billete de poco valor para el cambio. Este comerciante se enteró de lo sucedido poco antes de abrir el local. "Estaba tomando café y me lo han comentado en el bar. Yo no me lo creía, pero cuando estaba subiendo al coche para venir a trabajar me ha llamado un compañero y me lo ha dicho. Al llegar me he encontrado esto", explicó.

Luis González se refería a las huellas del robo: el cristal de 12 milímetros de la puerta principal, cuarteado y con un agujero; varios destornilladores por el suelo y unas cuantas monedas y tarjetas de visita tiradas. El ladrón, que se había llevado la caja registradora, ni siquiera llegó a entrar en la trastienda del local. Los vecinos de la calle de Cervantes comentaban ayer que desde hacía varios años no ocurría un suceso similar.

Luis V. P., domiciliado en San Sebastián de los Reyes, tenía once antecedentes policiales, la mayor parte de ellos por robo con fuerza y uno a causa de tráfico de estupefacientes. Las dos últimas detenciones se registraron el pasado 5 de febrero, por robo en un establecimiento, y once días después, por otros dos delitos del mismo tipo, siempre en San Sebastián de los Reyes.

La hermana del fallecido explicó a la policía que su hermano había cometido muchas "trastadas" y que en una ocasión llegaron a amenazarle con un cuchillo.

Los amigos de Luis indicaron que habitualmente no era violento. "Es verdad que había estado implicado en alguna pelea y problemas, pero nunca daba el primer paso violento", dijo un conocido suyo.

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