Fermín Casquete, el hombre que decide mayorías

En el firmamento de personas llegadas a Cataluña procedentes de otros puntos de España brilla con luz propia la fulgurante carrera de Fermín Casquete. La fama de este vallisoletano no se circunscribe únicamente al campo económico, aunque es ahí donde cosecha sus principales éxitos. En su currículo destaca el cargo de director general del grupo empresarial de transportes Tubsal, concesionario del transporte urbano e interurbano de la ciudad. En los 12 años que lleva al frente de la sociedad anónima laboral, su facturación no ha parado de crecer: de 450 millones de pesetas anuales pasó a factura...

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En el firmamento de personas llegadas a Cataluña procedentes de otros puntos de España brilla con luz propia la fulgurante carrera de Fermín Casquete. La fama de este vallisoletano no se circunscribe únicamente al campo económico, aunque es ahí donde cosecha sus principales éxitos. En su currículo destaca el cargo de director general del grupo empresarial de transportes Tubsal, concesionario del transporte urbano e interurbano de la ciudad. En los 12 años que lleva al frente de la sociedad anónima laboral, su facturación no ha parado de crecer: de 450 millones de pesetas anuales pasó a facturar más de 3.000 millones. Pero lo que hace de Casquete un personaje emergente es su influencia política. "Él es quien mueve las mayorías en la agrupación del PSC de Badalona", según sus propios compañeros de militancia. ¿Cuál es la fórmula que ha hecho de la pequeña empresa que fue Tubsal una compañía modélica? La respuesta es más simple de lo que parece: Fermín Casquete no ha necesitado pasar por las aulas universitarias. Su formación empresarial le viene de su paso por el sindicalismo. En las fuentes ugetistas bebió, mientras encabezaba el sindicato en el Barcelonès norte, los conocimientos que necesitaba. Los que mejor conocen su trayectoria son los dirigentes de UGT, los únicos a quienes no extraña su consagración en el mundo de los negocios. Su irrupción en el modesto universo futbolístico badalonés también dio que hablar. Primero encauzó su afición hacia el Club de Fútbol de Badalona, y trató de escalar hasta los cargos directivos. Las cosas no salieron como esperaba y creó otro equipo local: la Unió Esportiva Badaloní. Lo cierto es que Fermín Casquete concita entusiasmo allá donde va, siempre acompañado de un grupo de compañeros. Su ascendente ideológico en la plantilla de su empresa también está fuera de toda duda.

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