Un colegio inglés telefonea a los alumnos tardones para despertarlos

Nada mejor que un despertador "personalizado" para llegar a tiempo al colegio. Cansados de los retrasos de los alumnos, los directivos de Islington Green, un centro londinense de secundaria, ha decidido dar ejemplo. A partir de las 7.30, sus madrugadores profesores llaman por teléfono a los más tardones. Las clases empiezan a las 8.40; demasiado temprano para unos 80 niños del millar que hay inscritos este curso. La peculiar medida ha provocado sentimientos encontrados entre las familias. Para la directora, Marian Parsons, sólo es una forma más de ocuparse de la educación de sus pupilos.
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Nada mejor que un despertador "personalizado" para llegar a tiempo al colegio. Cansados de los retrasos de los alumnos, los directivos de Islington Green, un centro londinense de secundaria, ha decidido dar ejemplo. A partir de las 7.30, sus madrugadores profesores llaman por teléfono a los más tardones. Las clases empiezan a las 8.40; demasiado temprano para unos 80 niños del millar que hay inscritos este curso. La peculiar medida ha provocado sentimientos encontrados entre las familias. Para la directora, Marian Parsons, sólo es una forma más de ocuparse de la educación de sus pupilos.

Abierta en el barrio donde residiera con su familia Tony Blair antes de convertirse en líder laborista, al cuadro docente le mueven también otros intereses. Islington Green no está muy bien situada en la liga nacional de escuelas, el controvertido control de calidad educativo impuesto por los conservadores y mantenido por el actual Gobierno. Factores tan elementales como la puntualidad pueden servir, a la larga, para ascender varios puestos. Si todos los alumnos asisten a las clases, las notas de los exámenes finales, verdadero baremo para lograr una buena clasificación, deberían reflejar el nuevo espíritu escolar.

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