El IRA denuncia el robo de parte de su arsenal por enemigos de la paz

En una declaración que expuso dramáticamente fricciones entre fuerzas paramilitares republicanas en momentos álgidos para el proceso de paz en el Ulster, el Ejército Republicano Irlandés (IRA) acusó ayer a elementos disidentes de robo de armas y explosivos. El IRA, que castiga delitos de ese calibre con la pena de muerte, sugirió que una purga en el movimiento nacionalista resulta inevitable. El anuncio de la pérdida de parte del arsenal fue recibido con escepticismo entre los protestantes.

En un escueto comunicado publicado por el semanario An Phoblacth (Noticias Republicanas), ...

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En una declaración que expuso dramáticamente fricciones entre fuerzas paramilitares republicanas en momentos álgidos para el proceso de paz en el Ulster, el Ejército Republicano Irlandés (IRA) acusó ayer a elementos disidentes de robo de armas y explosivos. El IRA, que castiga delitos de ese calibre con la pena de muerte, sugirió que una purga en el movimiento nacionalista resulta inevitable. El anuncio de la pérdida de parte del arsenal fue recibido con escepticismo entre los protestantes.

En un escueto comunicado publicado por el semanario An Phoblacth (Noticias Republicanas), el IRA dijo que se trataba de un "pequeño" arsenal. Y aseguró que buena parte de éste había sido recuperado de manos de la organización IRA-Auténtico, la facción que el pasado mes de agosto perpetró el atentado de Omagh, donde perecieron 29 personas, incluidos un escolar y una monitora españoles. Pero, advirtió, no todas las armas han sido recuperadas. Por eso, anoche, en Belfast, había disidentes y ladrones que temblaban de miedo. El impacto de semejante admisión pública del IRA, casi una confesión de descontrol, fue instantáneo. Primero hubo escepticismo. Ken Maguinnis, el canoso y fogoso responsable del protestante y probritánico Partido Unionista del Ulster (UUP), dijo que todo era un ardid urdido con el fin de que el IRA se quede con armas "desaparecidas". Otros políticos protestantes sostienen que el IRA pretende crear aún mas obstáculos para la todavía inexistente campaña de desarme de católicos y protestantes, un factor indispensable para desbloquear el proceso de paz en el Ulster.

En Londres, Mo Mowlam, la ministra británica para Irlanda del Norte, interrumpió su participación en una reunión del gabinete en el número 10 de Downing Street para enfrentarse a una prensa ávida de su diagnóstico de la situación en el Ulster. Ésta está súbita y gravemente complicada por tres factores: un alarmente incremento de violencia callejera por pistoleros y matones católicos y protestantes; la total parálisis del proyecto de desarme diseñado por la comisión internacional presidida por el general canadiense John de Chastelain, y los informes acerca de preparativos militares emprendidos por las unionistas Fuerzas Voluntarias del Ulster (UVF) en caso de que el pacto de paz sellado hace casi un año, el Viernes Santo de 1998, se deshaga en cualquier momento. Eso podría devolver a la provincia a su histórica categoría de gran campo de batalla.

Lo que anoche magnificó la preocupación en las dos islas fue un documental difundido por el canal de televisión Channel Four. Brendan McClenaghan, un ex terrorista del IRA, pronosticó una nueva campaña de bombazos que seguramente incluiría a Londres. McClenaghan, de 41 años, que hoy vive exiliado y protegido en un barrio de la capital británica, dió por hecho que el odio norirlandés hacia la presencia de 16.000 soldados británicos en la provincia norirlandesa no puede eliminarse con declaraciones y decretos. "No hay nada que me haga pensar que en las circunstancias presentes la cosa pueda cambiar", declaró a Channel Four.

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