La OCDE tacha de "voluntarista" la semana laboral francesa

La semana laboral de 35 horas entraña "riesgos importantes" para la creación de empleo y más le valdría al Gobierno francés reducir de manera sustancial el déficit público y las cargas sociales que pesan sobre los salarios antes que lanzarse a experimentos "voluntaristas". Éste es el mensaje que la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) envió ayer al Ejecutivo socialista de Lionel Jospin en su último informe sobre la economía francesa.

"El paso a las 35 horas presenta riesgos importantes y su puesta en marcha", indica el estudio, "deberá administrarse con flexib...

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La semana laboral de 35 horas entraña "riesgos importantes" para la creación de empleo y más le valdría al Gobierno francés reducir de manera sustancial el déficit público y las cargas sociales que pesan sobre los salarios antes que lanzarse a experimentos "voluntaristas". Éste es el mensaje que la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) envió ayer al Ejecutivo socialista de Lionel Jospin en su último informe sobre la economía francesa.

"El paso a las 35 horas presenta riesgos importantes y su puesta en marcha", indica el estudio, "deberá administrarse con flexibilidad, para evitar que se invierta la tendencia actual a un mercado de trabajo más reactivo y dinámico".

Frente a las manifestaciones gubernamentales, que atribuyen a la aplicación de la reducción del tiempo de trabajo la creación de varios miles de empleos y la consolidación de otros, la OCDE sostiene que los efectos de la ley están minados por la incertidumbre.

"La medida sólo podría aportar una contribución moderada a la reducción del paro, que continúa siendo muy elevado". Eso es lo máximo que los expertos de esa organización están dispuestos a admitir, y en el terreno de las hipótesis.

Señalan que, en cualquier caso, el efecto de las 35 horas no logrará crear los 350.000 empleos juveniles programados hasta el año 2000.

La OCDE aconseja, por otra parte, prolongar la edad de jubilación para evitar, dice, "el impacto demográfico del próximo decenio".

Crisis internacional

Con todo, y pese a insistir en la idea de que "conviene acelerar las reformas estructurales, fundamentalmente las del mercado de trabajo, para sostener el crecimiento y absorber el paro", la OCDE confirma que el despegue económico francés descansa sobre bases firmes. Esta solidez, dicen los expertos, no le inmuniza "contra un eventual deterioro de la situación internacional". No obstante, explican que "el dinamismo actual de la demanda interna francesa debería bastar para mantener la tasa de crecimiento ligeramente por encima de su potencial en los años venideros y siempre contando con un contexto de inflación muy baja".

De acuerdo con los datos de la organización internacional, el producto interior bruto (PIB) de Francia crecerá este año un 2,4%, y todavía más, un 2,6%, en el 2000. La tasa de paro bajará al 11,2% a finales de este año, y al 10,6% en el 2000.

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