GENTE

LOS GORDOS, CLASE PROTEGIDA

Varias ciudades brasileñas han tomado medidas para hacer más fácil la vida en convivencia de las personas obesas. Autobuses, cines, teatros, restaurantes y otros lugares públicos deben instalar, por ejemplo, asientos especiales para ellos. En Brasil hay un millón de personas que sobrepasan los 100 kilos de peso. Es decir, una de cada 160 personas es obesa. Y, como grupo social, quieren defender sus derechos de "minusválidos". Para ello, amenazan con retirar el voto a todos aquellos dirigentes locales que no tengan en cuenta sus necesidades a la hora de elaborar sus programas electorales. Los o...

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Varias ciudades brasileñas han tomado medidas para hacer más fácil la vida en convivencia de las personas obesas. Autobuses, cines, teatros, restaurantes y otros lugares públicos deben instalar, por ejemplo, asientos especiales para ellos. En Brasil hay un millón de personas que sobrepasan los 100 kilos de peso. Es decir, una de cada 160 personas es obesa. Y, como grupo social, quieren defender sus derechos de "minusválidos". Para ello, amenazan con retirar el voto a todos aquellos dirigentes locales que no tengan en cuenta sus necesidades a la hora de elaborar sus programas electorales. Los obesos se quejan de que en muchas ocasiones tienen que renunciar a ir al cine o a un restaurante, o incluso a ir sentados en el metro o en el autobús porque no hay asientos adecuados. Por eso, y porque se avecinan las elecciones municipales, algunos alcaldes se están acordando de ellos. Ha empezado el alcalde de la ciudad de Santos, del Estado de São Paulo, Beto Mansur, quien ha aprobado ya una ley que reserva el 4% de los asientos de transportes públicos, teatros, cines, bibliotecas, gimnasios, casas nocturnas y restaurantes para los gordos, igual que se reservan para los minusválidos. El alcalde ya ha dado orden de que en cada uno de los 330 autobuses públicos se construyan dos asientos de 92 centímetros. Los asientos normales tienen 46 centímetros. En los teatros, el asiento pasa de 50 centímetros a un metro, y en los aviones, de 44 a 88. La sensibilidad hacia los gordos en Brasil se nota en ocasiones diversas. Hace unos meses, en una exposición de Botero en São Paulo, pusieron una balanza en la puerta. Todos los que pesaban más de cien kilos entraban gratis.- ,

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