IU pide que dimita Arias-Salgado por su error con las rutas aéreas

Rafael Arias-Salgado, ministro de Fomento, debe dimitir. Lo dijo ayer la diputada nacional de Izquierda Unida Inés Sabanés, candidata de la coalición a la alcaldía de Madrid para las próximas elecciones municipales. Sabanés aseguró que la dimisión es el único gesto de "coherencia política" que le queda al ministro después de reconocer que las rutas aéreas aprobadas con la tercera pista de Barajas estaban equivocadas.

Arias-Salgado se salvó de la quema en la reciente remodelación del Ejecutivo de Aznar, frente a todas las voces que pronosticaban su caída en desgracia. Sin embargo, no le ...

Rafael Arias-Salgado, ministro de Fomento, debe dimitir. Lo dijo ayer la diputada nacional de Izquierda Unida Inés Sabanés, candidata de la coalición a la alcaldía de Madrid para las próximas elecciones municipales. Sabanés aseguró que la dimisión es el único gesto de "coherencia política" que le queda al ministro después de reconocer que las rutas aéreas aprobadas con la tercera pista de Barajas estaban equivocadas.

Arias-Salgado se salvó de la quema en la reciente remodelación del Ejecutivo de Aznar, frente a todas las voces que pronosticaban su caída en desgracia. Sin embargo, no le espera un futuro sin sobresaltos. Ayer, Sabanés solicitó su comparecencia urgente en el Congreso de los Diputados para aclarar, "de una vez por todas", lo que califica como "el dislate de Barajas". Y, acaso escéptica sobre el contenido de esas aclaraciones, agregó: "Por un mínimo de coherencia política, el ministro-desastre por excelencia del Gobierno de Aznar debe asumir la responsabilidad de su gestión nefasta y, en consecuencia, dimitir". Las declaraciones de la diputada izquierdista se producen un día después de que el titular de Fomento asumiera su error con las nuevas rutas aéreas del aeropuerto de Barajas. Desde que se abrió la tercera pista, el pasado 5 de noviembre, los aviones que toman la dirección oeste -unos 350 diarios, el 45% del total- sobrevuelan a escasos metros de altura las urbanizaciones de La Granjilla y Rosa de Luxemburgo, buena parte de San Sebastián de los Reyes e incluso los campus de la Universidad Autónoma y la de Comillas. Arias-Salgado admitió que estas rutas no eran las más acertadas y confirmó que se corregirían en breve: a partir de fin de mes, en el caso de los vuelos nocturnos, y en abril, para los diurnos.

Sabanés tiene su propia teoría sobre lo sucedido durante aquellos primeros días de noviembre. "Al ministro le pierden las inauguraciones y las fotos de cara a la galería", apuntó. Por eso accedió a poner en marcha la tercera pista sin haber verificado los estudios de la huella sonora. "Luego nos negó la evidencia en sucesivas comparecencias en el Congrego. Ahora tiene la desvergüenza de reconocerlo abiertamente", apostilló Sabanés.

El PSOE tampoco perdió ayer la oportunidad de lanzar algún aldabonazo a la gestión del aeródromo madrileño. El candidato socialista a la alcaldía, Fernando Morán, definió Barajas como "un desastre terrible y calamitoso", e ironizó: "Es como las mareas, con momentos peores y mejores, pero muchos menos de los segundos que de los primeros".

Mala señalización

El alcaldable socialista también criticó otros aspectos del aeropuerto, como las "distancias interminables" o su "desastrosa señalización, con unos carteles de "Salida" con los que no se sabe si uno va hacia la calle o hacia los aviones". Morán pronosticó que en Madrid se terminaría construyendo un segundo aeródromo, "como tienen todas las grandes ciudades". Al inmenso debate que rodea todo lo relativo a Barajas también se sumó ayer el portavoz del PSOE en Coslada, Juan Granados. En una nota, este edil acusa "a Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), al alcalde, José Huélamo, y al Partido Popular" de "avasallar" a los vecinos del barrio de La Estación, los más afectados por las maniobras de los aviones para tomar tierra en el aeropuerto madrileño. AENA ha ofrecido el traslado gratuito de estas 995 familias a otros puntos de la ciudad, pero el PSOE local interpreta la situación en otro contexto. "Hay vecinos que no se quieren trasladar por problemas de salud, edad o intereses propios. Y es inadmisible que las administraciones les digan que se tienen que ir a la fuerza, e incluso les lancen amenazas veladas sobre el hipotético destino de los terrenos", señaló Granados.