El jefe de la Policía Municipal amenaza a los agentes que destapen escándalos

El inspector jefe de la Policía Municipal de Madrid, José Manuel Morales, quiere que sus agentes guarden silencio. Y que lo hagan sin rechistar. En una circular interna enviada el pasado martes a todos los departamentos del cuerpo (incluido el gabinete de prensa), Morales les recordó la "obligatoriedad del secreto profesional" y amenazó con abrir expediente disciplinario por falta muy grave aquien incumpla esta orden. La advertencia de Morales llega tras la publicación en los últimos días de dos incidentes con agentes locales que salpican a altos cargos municipales (como el protagonizado por ...

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El inspector jefe de la Policía Municipal de Madrid, José Manuel Morales, quiere que sus agentes guarden silencio. Y que lo hagan sin rechistar. En una circular interna enviada el pasado martes a todos los departamentos del cuerpo (incluido el gabinete de prensa), Morales les recordó la "obligatoriedad del secreto profesional" y amenazó con abrir expediente disciplinario por falta muy grave aquien incumpla esta orden. La advertencia de Morales llega tras la publicación en los últimos días de dos incidentes con agentes locales que salpican a altos cargos municipales (como el protagonizado por el dimitido director de Tráfico, Pedro Areitio, que fue multado por conducir ilegalmente). En este sentido, junto al envío de la orden, el intento de sellar cualquier filtración ha llevado al departamento de Asuntos Internos a citar a los agentes que participaron en dichos incidentes.

La reacción ante esta "mordaza" fue contundente por parte de UGT. Este sindicato acusó al inspector jefe de la Policía Municipal de emplear un estilo "despótico". "En los últimos días han trascendido a los medios casos de supuesto trato de favor en intervenciones policiales. Hace ya un año denunciamos la situación de amordazamiento en la que viven los compañeros de Policía Municipal; también denunciamos los vaivenes políticos y cómo el interés personal de unos pocos termina manchando la imagen del cuerpo y siembra la duda sobre nuestra profesionalidad entre los ciudadanos de Madrid, algo totalmente injusto", afirmó en un comunicado UGT.

Clima de miedo

Para explicar el clima de amedrentamiento que vive la Policía Municipal, el sindicato sacó a colación la instrucción que obliga, en caso de incidentes entre agentes locales y facultativos del Samur (ambulancias municipales), a que el policía se abstenga de informar en comisaría, como es preceptivo (véase EL PAÍS del 19 de marzo de 1997). La orden establece, por el contrario, que se avise al jefe de turno de la Policía Municipal con el fin de zanjar el conflicto. Aunque los responsables municipales minimizaron su impacto -"sólo está para evitar roces sin importancia"-, ya en su día la entrada en vigor de la circular fue rechazada por la oposición. El concejal socialista Eugenio Morales recordó que la orden "invitaba claramente a los policías municipales a la inhibición". "Y para mí tiene connotaciones corporativistas, e incluso completamente antidemocráticas", dijo este edil del PSOE. UGT dio un paso más y lanzó un mensaje de solidaridad a los agentes investigados: "Apoyamos incondicionalmente a los compañeros. Se ha creado un estado de miedo a la intervención legal sobre determinadas personas, que siempre es exigible, mediante instrucciones que señalan a los policías como sospechosos de haber violado el secreto profesional".

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