RELEVO EN LA CÚPULA DE LA CAIXA

El inspirador del grupo industrial

Antoni Brufau ha sido el hombre en ascenso en La Caixa en los últimos años. Mientras Vilarasau mantenía a Isidre Fainé al frente de la red comercial, Brufau ha sido una especie de cerebro gris encargado de dos grandes áreas: las cuentas y la estrategia industrial.Nacido en la localidad leridana de Mollerussa, en 1948, Brufau es licenciado en Económicas. Hasta su ingreso en La Caixa, en 1988, trabajó como socio director en la firma de auditoría Arthur Andersen. Vilarasau le fichó como director adjunto de La Caixa en 1988 con igual rango al de Fainé.

En la última década, el grupo i...

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Antoni Brufau ha sido el hombre en ascenso en La Caixa en los últimos años. Mientras Vilarasau mantenía a Isidre Fainé al frente de la red comercial, Brufau ha sido una especie de cerebro gris encargado de dos grandes áreas: las cuentas y la estrategia industrial.Nacido en la localidad leridana de Mollerussa, en 1948, Brufau es licenciado en Económicas. Hasta su ingreso en La Caixa, en 1988, trabajó como socio director en la firma de auditoría Arthur Andersen. Vilarasau le fichó como director adjunto de La Caixa en 1988 con igual rango al de Fainé.

En la última década, el grupo industrial ha tenido un crecimiento espectacular, aumentando la participación en empresas como Telefónica, Repsol, Gas Natural o Aguas de Barcelona. En julio de 1997 fue nombrado presidente de Gas Natural -donde La Caixa y Repsol son mayoritarios- en sustitución de Pere Duran Farell y mantuvo su puesto de director general adjunto de La Caixa. Pertenece también al Consejo de Administración de Repsol.

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Brufau ha sido uno de los primeros en hablar en España del concepto de crear valor para los accionistas. La posición de La Caixa en un amplio grupo de empresas ha tenido una repercusión clara en una mejora de sus ingresos por la vía de los grandes beneficios logrados por las filiales industriales.

Brufau ha defendido que resulta mejor capitalizar buena parte de los beneficios de las empresas que apurar al máximo el reparto de los dividendos. Su posición es que el mercado financiero acaba apreciando esta política de capitalización, lo que hace subir el valor de las acciones y, a la postre, favorece más al accionista. Fruto de esta política de repartir los beneficios entre el dividendo y los fondos propios ha sido el aumento del valor de las filiales de La Caixa que cotizan en Bolsa.

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