Un ingeniero que sabe economía
"Era muy retraído, hablaba muy poco y le gustaban las matemáticas". Así define a Josep Vilasau un antiguo compañero del Colegio de los Jesusitas de Sarrià en los años cuarenta.Quienes le conocen a fondo dicen que es un hombre cordial, pero frío. Desde joven se inclinó por las matemáticas. Eso le decantó hacia la carrera de ingeneiro, primero, y la de Económicas después. Vilarasau cumplirá 68 el próximo 20 de febrero, y deja la dirección general de La Caixa dos años antes de alcanzar el límite de edad que marcan los estatutos.
Vilarasau ha sido de los pocos catalanes que eligió la carrer...
"Era muy retraído, hablaba muy poco y le gustaban las matemáticas". Así define a Josep Vilasau un antiguo compañero del Colegio de los Jesusitas de Sarrià en los años cuarenta.Quienes le conocen a fondo dicen que es un hombre cordial, pero frío. Desde joven se inclinó por las matemáticas. Eso le decantó hacia la carrera de ingeneiro, primero, y la de Económicas después. Vilarasau cumplirá 68 el próximo 20 de febrero, y deja la dirección general de La Caixa dos años antes de alcanzar el límite de edad que marcan los estatutos.
Vilarasau ha sido de los pocos catalanes que eligió la carrera de funcionario en Madrid y que ocupó cargos de responsabilidad en la Administración. En 1958, ingresó como ingeniero en el Ministerio de Hacienda. Allí empezó una carrera administrativa que le llevó en 1966 a ser director general adjunto de Telefónica con Antonio Barrera de Irimo de presidente de la compañía; luego, a la Dirección General de Política Financiera y, en 1974, a la Dirección General de Campsa, el antiguo monopolio de petróleo.
Su vuelta a Barcelona se produjo en 1976, cuando resultó elegido director general de La Caixa a propuesta de varios miembros del consejo que presidía entonces Narcís de Carreras. Su nombre se impuso a otros como el del hoy presidente de Bankpyme, Josep Jané, al que había apoyado Cabello de Alba cuando era ministro de Economía.
Durante sus 23 años de director de La Caixa, ha colocado a la entidad como la primera del país y el cuarto grupo financiero. Vilarasau ha impulsado algunas grandes operaciones: la absorción de Caixa de Barcelona; la captación de recursos a través de las primas únicas, lo que le causó serios disgustos con Hacienda, y la expansión por toda España a través de la sociedad Grup Caixa antes de que se autorizara la salida de las cajas fuera de su territorio de origen.
Desde mediados de los ochenta, La Caixa ha ido creando un gran grupo de participaciones de empresas de servicios, que hoy es el mayor de España con un valor de dos billones.