Cartas de Napoleón entre hachís

La policía de Benidorm recupera escritos del emperador francés al desarticular una banda de narcos

Iban buscando droga y hallaron cartas escritas por Napoleón y bulas papales de los siglos XVII y XVIII. La policía de Benidorm (Alicante) guarda en la caja de seguridad de un banco de la ciudad turística dos cartas escritas por el emperador francés en 1813, una de ellas dirigida a su hijo adoptivo, Eugène Beauharnais, vástago de Josefina, y dos beneficios de la Santa Sede, a la espera de que el Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional determine el destino de estos documentos, considerados de gran valor histórico.Los manuscritos fueron recuperados el 17 de mayo de 1997 por funci...

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Iban buscando droga y hallaron cartas escritas por Napoleón y bulas papales de los siglos XVII y XVIII. La policía de Benidorm (Alicante) guarda en la caja de seguridad de un banco de la ciudad turística dos cartas escritas por el emperador francés en 1813, una de ellas dirigida a su hijo adoptivo, Eugène Beauharnais, vástago de Josefina, y dos beneficios de la Santa Sede, a la espera de que el Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional determine el destino de estos documentos, considerados de gran valor histórico.Los manuscritos fueron recuperados el 17 de mayo de 1997 por funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía en una operación contra el narcotráfico. La incautación de estos documentos ha trascendido ahora, una vez que el juez Baltasar Garzón ha levantado el secreto sumarial de la causa abierta tras la detención de los presuntos autores del robo de los documentos: 13 ciudadanos británicos que integraban una red de distribución de hachís entre España y el Reino Unido.

El comisario de Benidorm, Antonio Pérez Barceló, sostiene que los documentos se sustrajeron hace algo más de dos años en el Reino Unido. Se trata de una bula del papa Clemente IX fechada en 1668 y otra de Benedicto XIV que data del 11 de julio de 1754. Manuscritas en latín, ambas dispensas hacen referencia a condonaciones de mandamientos religiosos concedidas excepcionalmente por los pontífices. Una de ellas, la del papa Clemente IX, se dirige a un descendiente italiano de la familia Borgia.

El secretario del patrimonio artístico y cultural de la diócesis de Orihuela-Alicante, Vicente López Martínez, fue el encargado de certificar la autenticidad de las bulas, posiblemente robadas a un anticuario londinense. Una de las misivas atribuidas a Napoleón Bonaparte, escrita en francés, va dirigida al hijo que tuvo su esposa, Josefina, en su matrimonio con el vizconde Alexandre Beauharnais. Se desconoce si el emperador reconoció como hijo suyo a Eugène, pero lo cierto es que la carta, datada en París, concluye: "Votre affectueux père" ("Vuestro afectuoso padre").

El emperador comunica a Eugène en el manuscrito que "en Magdeburgo hay 500 gendarmes listos para partir a Berlín, donde serán abastecidos de servicio suficiente para la policía de esa gran ciudad". Eugène Beauharnais fue nombrado por Napoleón príncipe del imperio y, posteriormente, virrey de Roma.

El otro manuscrito del emperador, fechado el 28 de septiembre de 1813 y datado en el Cuartel General Imperial de Dresde, se refiere a decretos de nombramiento del coronel Ghigny como barón.

Los rasgos caligráficos de Bonaparte denotan su megalomanía, según los estudios grafológicos de las misivas. Una grandilocuente y barroca ene da paso al nombre del firmante, escrito a desproporcionado tamaño con respecto al resto de la carta.

El comisario Pérez declaró que el descubrimiento no pudo revelarse tras la detención de los presuntos traficantes, ni en los dos años posteriores, al hacerse cargo del caso la Audiencia Nacional y decretar el secreto sumarial, que ha sido depuesto esta semana.

Los legajos se hallaron en el interior de una caja fuerte en un chalet situado en la población de L'Alfàs del Pi, sita al norte de Benidorm. Antes, los efectivos de la unidad de droga y crimen organizado de la policía de Benidorm se incautaron de 1.042 kilos de hachís y dinero en moneda británica y española en el interior de un camión aparcado en una nave de La Vila Joiosa, localidad situada a 10 kilómetros al sur de Benidorm.

La desarticulación de la banda se originó tras las sospechas que levantó un ciudadano británico, identificado como Roy Davies, que residía desde hacía nueve años en una urbanización de la costa. En posteriores registros domiciliarios, la operación culminó con la incautación de seis millones de pesetas y 3.440 libras esterlinas. De momento, ni el juez Garzón ni el desconocido propietario de los manuscritos han reclamado los pergaminos.

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