Entrevista:ANDALUCÍA, SIGLO XXI

"Andalucía no es ni la California de Borbolla ni la Calabria de los victimistas"

JAVIER ARISTUPROFESOR DE LENGUA Y LITERATURA Es el décimo de 12 hermanos. Nació en Murcia y en 1969 llegó a Sevilla. Ese mismo año se afilió al clandestino Partido Comunista de España. Sustituyó a Amparo Rubiales en el Ayuntamiento de Sevilla gobernado entonces por los andalucistas. Su minuto de gloria le llegó cuando fue candidato a la alcaldía. La gloria se disipó en otro minuto. Sacó dos concejales.Le molesta hasta el hastío el sambenito de ex, pero Javier Aristu Mondragón lo ha dejado casi todo: la política, el Partido Comunista, el tabaco. Su familia es una versión sevillana de los Simps...

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JAVIER ARISTUPROFESOR DE LENGUA Y LITERATURA Es el décimo de 12 hermanos. Nació en Murcia y en 1969 llegó a Sevilla. Ese mismo año se afilió al clandestino Partido Comunista de España. Sustituyó a Amparo Rubiales en el Ayuntamiento de Sevilla gobernado entonces por los andalucistas. Su minuto de gloria le llegó cuando fue candidato a la alcaldía. La gloria se disipó en otro minuto. Sacó dos concejales.Le molesta hasta el hastío el sambenito de ex, pero Javier Aristu Mondragón lo ha dejado casi todo: la política, el Partido Comunista, el tabaco. Su familia es una versión sevillana de los Simpson: su mujer se retira a sus aposentos para navegar por Internet; su suegra, ávida lectora, da cuenta de la novela L.A. Confidencial; su hijo Carlos trabaja cerca de Sarajevo para una ONG y espera en Bosnia la sentencia por su insumisión. Javier Aristu es ahora "profesor y punto". Da clases de Lengua y Literatura en un instituto sevillano. En 1969 cambió su vida: ese año llegó a Sevilla y se afilió al Partido Comunista en la clandestinidad. En 1993 fue candidato a la alcaldía de Sevilla. P. ¿Dejó la política o la política lo dejó a usted? R. Yo soy de antes de los infartos de Anguita. Abandoné la política después de la caída del muro de Berlín. Allí se cayeron también todas mis expectativas, la más alta de las cuales era no llegar a nada. P. ¿Tuvo su cuota de poder? R. Entré en el Ayuntamiento de Sevilla por Amparo Rubiales, fui secretario provincial del partido, muñidor de candidaturas como la de Adolfo Cuéllar, el más estrepitoso fracaso de la historia de la política. Pero hablamos del siglo XXI y estos son asuntos del XIX. P. Aznar está rodeado al Este por D"Alema, al Norte por Jospin y por Schroeder y más al Norte por Tony Blair. ¿No es una paradoja que con vecinos tan izquierdistas la primera embajada europea sea el euro? R. No es ninguna paradoja. Esta izquierda es muy diferente de la de los años 70; no digo que sea mejor ni peor; es distinta. Me atrae el caso francés por su credibilidad en lo relacionado con los temas sociales y ciudadanos. En cuanto a D"Alema, el tiempo dirá lo que da de sí. El proyecto de Blair, a pesar de su metedura de pata en lo de Irak o el último caso de moralidad pública, me parece un estilo de gobernar que en esta parte de Europa hace falta. Tiene transparencia, credibilidad, es muy accesible al ciudadano y concede una prioridad a la educación. P. ¿Y el euro? R. Es apasionante que la izquierda pase de los discursos al gobierno para aplicar un proyecto de política europea. P. Andalucía todavía sigue siendo de izquierdas. ¿Cuál de esos modelos le es más afín? R. Ninguno. El PSOE andaluz está muy marcado por el modelo del PSOE español, que respondió a un diseño de hiperliderazgo y que en la actual situación no puede existir. Tuvo méritos indudables y cometió errores históricos que nos va a costar unas cuantas temporadas superar. Yo viví en el Ayuntamiento el fragor de los éxitos socialistas y era duro que todos los días estuvieran perdonándote la vida y tú viéndolas venir como en un partido de tenis. P. Esa excepcionalidad política, ¿es una ventaja o un inconveniente? R. Me da la impresión de que en Andalucía conviven por un lado el marchamo de región no desarrollada y por otro unos notables índices de crecimiento. Desde ese punto de vista, me parece una auténtica barbaridad comparar Andalucía con Sicilia. Hay que ser crítico con ese discurso del victimismo, del subdesarrollo andaluz, de la Andalucía profunda sumida en la miseria. Eso es mentira. P. ¿No cree en un discurso del Sur? R. Se puede hacer un discurso del Sur porque existe un Norte. Holanda no es Castilla-La Mancha ni Calabria es la Westfalia de la República Federal. Ese Sur sí existe, pero no es el de la mafia, la depresión y las novelas del realismo social. Y menos la que convierte el lamento en seña de identidad. Andalucía no es ni la California que dice Pepe Rodríguez de la Borbolla ni la Calabria o el norte de África de los victimistas. P. Los nacionalismos vasco y catalán han movido ficha. ¿Afectará al tablero andaluz? R. La fuga hacia delante de los nacionalismos vascos y catalán podría hacer pensar que sólo desde un proyecto nacionalista se podría ayudar al desarrollo de Andalucía. Eso sería un desastre, la ruina de las ruinas. Ese proyecto es irreal y no resulta creíble. Yo defiendo un modelo sin fronteras en el que primen la mezcla, la influencia y el mestizaje. Con esa visión andalucista, ¿qué vamos a hacer con la emigración del norte de África y con las inversiones que tienen que venir del norte? P. Eduardo Abellán, director general del ente, ha dicho que sin Canal Sur los andaluces estarían colonizados... R. Me parece ridículo hablar de colonización. Lo que sí hay es una amplísima oferta y una bajísima calidad. Yo veo poca televisión, pero el otro día mi hija estaba haciendo zapping y cada vez que ponía Canal Sur siempre salía un grupo de gente tocando palmas. Para mí sigue siendo un misterio el enorme drenaje de recursos públicos que se llevan estas cadenas, llámese la Primera, Canal Sur o la catalana, y lo cicateros que son con la educación. No hay funcionario de la Junta que no tenga un ordenador, si no dos, en su mesa de trabajo, y cuesta sangre instalarlo en un instituto. P. ¿Qué reforma es la prioritaria? R. Si hay un hecho histórico reciente en Andalucía es la extensión de la educación a todos los niños desde los 6 a los 16 años. Se ha inducido la frustración del profesorado. Es un problema de salario, de dignidad profesional y respeto social. El profesor se está convirtiendo en el centro de una enorme crisis social y se quiere que este profesor la resuelva en un aula de 30 metros cuadrados. P. ¿Qué le parece la iniciativa de Andalucía Nuevo Siglo? R. Cosas malas no van a salir. Saldrá mucha especulación y yo me conformaría con que un 15 o un 20 por ciento de lo que salga sean capaces los políticos de materializarlo en ideas. P. En el 99, ¿volverá a explicar con normalidad a Lorca y los autores del 98? R. Yo no tengo ese problema, porque los doy todos los años en el programa de COU. Vivimos en una sociedad de fechas, los centenarios parecen necesarios para vender más libros, hacer más congresos y llevar más gente a las ciudades. Yo creo que hay poco que celebrar del grupo del 98, pero a Lorca lo seguiré celebrando porque los mitos siempre hay que alimentarlos.

"Vivimos en una sociedad de fechas, pero yo seguiré enseñando Lorca en el 99"

Javier Aristu Mondragón.49 años. Profesor de Lengua y Literatura en el Instituto Ciudad Jardín. Dos hijos. Cinco años (1982-87) concejal en el Ayuntamiento de Sevilla por el Partido Comunista. En 1991 dejó la política.

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