LA LOTERÍA DE 'EL NIÑO'

Bilbao recupera 2.640 millones de los 6.500 invertidos en Euskadi

La fe que Begoña Martín reconoció tener depositada en el gordo de la Lotería del Niño no le defraudó. Del total de 300.000 pesetas que repartió en cien décimos tras la barra del bar Itxas bide del popular barrio de Santutxu, adquirió 9.000 y ganó 72 millones. "Somos millonarios, somos millonarios", exclamaba emocionada a los amigos y clientes afortunados que iban acercándose al establecimiento. Bailes, risas y descorche de cava hasta agotar existencias. Bilbao recuperó 2.640 millones de los 6.500 gastados por los vascos.

Si el dinero huele, en el barrio de Santutxu, de clase media y con...

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La fe que Begoña Martín reconoció tener depositada en el gordo de la Lotería del Niño no le defraudó. Del total de 300.000 pesetas que repartió en cien décimos tras la barra del bar Itxas bide del popular barrio de Santutxu, adquirió 9.000 y ganó 72 millones. "Somos millonarios, somos millonarios", exclamaba emocionada a los amigos y clientes afortunados que iban acercándose al establecimiento. Bailes, risas y descorche de cava hasta agotar existencias. Bilbao recuperó 2.640 millones de los 6.500 gastados por los vascos.

Si el dinero huele, en el barrio de Santutxu, de clase media y con un alto índice de paro, se respiraba el aroma del dinero. Muchos de sus vecinos son millonarios desde ayer. La diosa fortuna les sorprendió con el mejor regalo de Reyes: 2.400 millones de pesetas. Muchos de los décimos correspondientes a las diez series del número 33.638, casi todas vendidas en la zona, se entreveían en los bolsillos de sus propietarios. Los más cautelosos se apresuraron a fotocopiar el premio. El número se vendió en la administración número 51 de Santutxu, que regenta Edurne Bilbao. Y lo adquirió prácticamente entero la propietaria del bar Itxas Bide, Begoña Martín.Pero el aluvión de millones también alcanzó a otro punto de la capital vizcaína. En la administración número 26 de la céntrica calle Autonomía, se distribuyeron 240 millones en ventanilla, por lo que el premio estaba muy repartido, según indicó Carmen Planchuelo, propietaria del despacho.

Temblores y besos

Hasta allí llegó incrédulo y nervioso Alejandro Carro, de 47 años, transportista y vecino de Bilbao. Había gastado 40.000 pesetas en el sorteo de El Niño y obtuvo 48 millones. No está mal para un hombre que destinó otras 130.000 pesetas en Navidad. El nuevo millonario regaló uno de los dos décimos a sus hijas, pero como, así lo dijo, no necesita nada, le será suficiente con los 24 que le correspondieron ayer. ¡Cómo temblaba el afortunado cuando besó el décimo! Con este pellizco, el País Vasco, la tercera comunidad que más dinero gastaba en el sorteo, recuperaba 2.640 millones de pesetas los 6.500 millones que habían invertido en cambiar su porvenir.

Nadie dudaba en Santutxu de que el futuro ya no sería el previsible para las decenas de clientes que ayer contaban sus sueños en el bar Itxas bide, en la calle Fica. Algunos, como Miguel Ángel Mediavilla, de 27 años, preguntaba por precios y marcas de coches. Sus hermanas Montse y Marimar, copa en mano, pretendían demostrar calma, pero se les escapaba en los ojos la ensoñación de los viajes. Pedro, el pescadero, irrumpió como un tornado en el local y se abrazó a sus amigos. "Algo, algo me ha tocado", dejaba escapar. Sus amigos olvidaban el paro e imaginaban lo bien que les vendrían los 24 millones para su precaria economía.

En el fulgor de las burbujas hasta se atrevían con la magia de la deseada Cuba. "Juerga, mujeres y sexo, mucho sexo es lo que queremos ahora". Todos los nuevos millonarios eran un torbellino. Hasta los que maldecían por haber rechazado la invitación a comprar el número agraciado. "Así es la vida. He tenido mala suerte, pero me alegro por la cuadrilla".

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Todos se conocían ayer en el bar de Begoña Martín, la propietaria y en el que ella trabaja desde hace cinco meses junto a su marido que, aturdido, descorchaba botellas a la misma velocidad que los Reyes Magos repartían caramelos horas más tarde. Llegaban mujeres con la cesta de la compra, de las que asomaba el pan. Begoña Martín estaba contenta por sus 72 millones y desvelaba un secreto. "Tengo nueve décimos. Tres son para mí, pero el resto son compromisos que voy a cumplir. Unos 320 millones han ido a Eibar porque mi suegro es de allí y compró 40.000 pesetas para repartir. Estoy muy contenta porque se que lo he repartido entre gente trabajadora y eso me llena de moral".

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