Tribuna:

Respuesta inaceptable

No se si el temporal que ha azotado Andalucía los últimos días de 1998 ha sido de una intensidad excepcional. Tengo la impresión de que no ha sido así. Más bien tiendo a pensar que se ha tratado de un fenómeno meteorológico, cuyas consecuencias deberían haber estado perfectamente previstas y que, en ningún caso, deberían haber conducido a que se derrumbara un muro sobre una parada de autobús en Sevilla o que se produjera la rotura de una balsa en el polo químico de Huelva. No puede aceptarse de ninguna de las maneras que un viento de ochenta kilómetros por hora pueda acabar con la vida de cin...

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No se si el temporal que ha azotado Andalucía los últimos días de 1998 ha sido de una intensidad excepcional. Tengo la impresión de que no ha sido así. Más bien tiendo a pensar que se ha tratado de un fenómeno meteorológico, cuyas consecuencias deberían haber estado perfectamente previstas y que, en ningún caso, deberían haber conducido a que se derrumbara un muro sobre una parada de autobús en Sevilla o que se produjera la rotura de una balsa en el polo químico de Huelva. No puede aceptarse de ninguna de las maneras que un viento de ochenta kilómetros por hora pueda acabar con la vida de cinco ciudadanos o con una riada de agua tóxica en la ría de Huelva. No nos encontramos, pues, ante una catástrofe de tipo natural, sino ante una catástrofe de naturaleza política o, mejor dicho, ante una catástrofe ocasionada por el mal funcionamiento de las instituciones, públicas y privadas, que tenían que haber anticipado las posibles consecuencias de un fenómeno meteorológico como el que hemos padecido estos últimos días. Me temo que de esta catástrofe tampoco se extraerán consecuencias políticas y que nadie acabará siendo responsable de lo ocurrido. Por lo pronto el concejal del Ayuntamiento de Sevilla se ha apresurado a descargar la responsabilidad en la empresa constructora propietaria de la parcela en la que estaba el muro, exonerándo por completo al gobierno municipal. Después de lo ocurrido en Aznalcóllar, para que vamos a hablar de responsabilidad en esta rotura. Así no se va a ninguna parte. En el mismo momento en que el "euro" inicia su andadura y en el que España se integra en la comunidad políticamente más exigente de todo el mundo, comportamientos políticos como éstos resultan todavía más inaceptables. Catástrofes como estas no puede suceder como si no hubiera pasado nada. La respuesta exclusivamente judicial, a través de la instrucción de los oportunos sumarios y las sentencias dentro de varios años, es evidentemente, una mala respuesta.JAVIER PÉREZ ROYO

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