Un matrimonio muere asfixiado al incendiarse un piso de Chamberí

El matrimonio formado por Rafael Reig Armero, de 64 años, y Pilar Carriedo Madroño, de 58, murió en la madrugada de ayer durante el incendio desatado en el segundo piso del número 11 de la calle de Nicasio Gallego (Chamberí). El fuego, originado supuestamente por un cortocircuito, provocó una densa humareda que asfixió a los cónyuges. El día anterior, dos jóvenes fallecieron tras inhalar el monóxido de carbono liberado por un estufa mientras yacían en la cama en un piso de Tetuán. Rafael Reig y Pilar Carriedo vivían habitualmente en Valencia. El pasado día 22 vinieron a Madrid a pasar las navi...

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El matrimonio formado por Rafael Reig Armero, de 64 años, y Pilar Carriedo Madroño, de 58, murió en la madrugada de ayer durante el incendio desatado en el segundo piso del número 11 de la calle de Nicasio Gallego (Chamberí). El fuego, originado supuestamente por un cortocircuito, provocó una densa humareda que asfixió a los cónyuges. El día anterior, dos jóvenes fallecieron tras inhalar el monóxido de carbono liberado por un estufa mientras yacían en la cama en un piso de Tetuán. Rafael Reig y Pilar Carriedo vivían habitualmente en Valencia. El pasado día 22 vinieron a Madrid a pasar las navidades con sus hijos. Tenían previsto permanecer en la capital hasta el 4 de enero. Pasaron la Nochevieja con sus dos hijos, de 20 y de 32 años. Éstos se marcharon sobre las tres de la madrugada a una fiesta y dejaron a sus padres solos en casa, según informaron ayer los vecinos de las víctimas.

El incendio se inició sobre las ocho de la madrugada en el 2º C del número 11 de Nicasio Gallego. Las primeras investigaciones apuntan a que un cortocircuito en el salón provocó un primer fuego que se extendió al resto del piso. En el siniestro también falleció la mascota de la pareja, un perro de ocho meses, cuyo cadáver quedó prendido a la persiana por la que probablemente intentó huir. PASA A LA PÁGINA 6

Decenas de vecinos se refugiaron en la azotea durante el incendio

VIENE DE LA PÁGINA 1 Un grupo de vecinos que estaba en la calle, al advertir las llamas del segundo piso, llamaron por telefonillo al resto de ocupantes del inmueble. El portero de la finca, que prefirió mantener su anonimato, también escuchó este aviso. Pensó que se trataba de una gamberrada. Pero al asomarse a la ventana vio el humo y bajó desde su piso, en la última planta, hasta el tercero. Llamó a todos los vecinos para que subieran a la azotea y se alejaran de las llamas. Intentó bajar a rescatar a las víctimas, pero el humo se lo impidió. "Si llego a tener una mascarilla, me meto a auxiliarles, porque me conozco muy bien los pisos y no me hubiera sido complicado", lamentaba el portero.

Los bomberos, que desplazaron cuatro camiones, llegaron a los pocos instantes y desalojaron todo el inmueble. Tardaron unas dos horas en controlar el fuego, que se llegó a reavivar en una ocasión. Cuando entraron en la vivienda hallaron a la mujer en el servicio, y a su marido, tendido en la cama. Rafael sufría parálisis en la mitad de su cuerpo. Estaba jubilado. Los hijos se enteraron de la noticia al volver de la fiesta a la que habían acudido. Las llamas destrozaron toda la vivienda y afectaron también al tercer piso.

Los vecinos calificaron al matrimonio como una pareja muy amable, que se llevaba bien con todo el vecindario. "Tenían un trato muy cordial", aseguró ayer el portero de la finca.

Intoxicación por gas

Por otra parte, una pareja falleció el jueves en Tetuán supuestamente a causa del monóxido de carbono liberado por la mala combustión de una estufa de butano. Los dos amigos, José H. C., de 26 años, y María Isabel O. S., de 23, se encontraban tumbados y desnudos en la cama, en el número 11 de la calle de la Orden, con síntomas de asfixia.

Los hechos ocurrieron sobre siete de la tarde del jueves, aunque los cuerpos no fueron encontrados hasta las diez de la noche. Un cuñado de José, que prefirió no dar su nombre, decidió entrar con su propia llave al ver que no abrían la puerta.

José era dominicano y acaba de firmar un contrato indefinido en la empresa en la que trabajaba, dedicada a la venta de licores. Según su cuñado, había quedado con una joven española para salir. Era su primera cita desde que había llegado a España hacía un año.

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