Turbulencias en el adiós

Madrid despidió el año con tres reyertas, 54 accidentes de tráfico (dos muertos), 20 atrapados en ascensores y, cómo no, con el tradicional aluvión de asistencias sanitarias por intoxicaciones etílicas. Y si mucho alcohol corrió esa noche, no menos corrieron los servicios de emergencia en pos de heridos, intoxicados, desmayados y desorientados, como demuestran las 2.200 llamadas que registró el teléfono de urgencias de la Comunidad (112). Un trajín que no impidió que la Delegación del Gobierno y el Ayuntamiento calificasen de tranquila la noche en comparación con otras anteriores. Cuatro reyer...

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Madrid despidió el año con tres reyertas, 54 accidentes de tráfico (dos muertos), 20 atrapados en ascensores y, cómo no, con el tradicional aluvión de asistencias sanitarias por intoxicaciones etílicas. Y si mucho alcohol corrió esa noche, no menos corrieron los servicios de emergencia en pos de heridos, intoxicados, desmayados y desorientados, como demuestran las 2.200 llamadas que registró el teléfono de urgencias de la Comunidad (112). Un trajín que no impidió que la Delegación del Gobierno y el Ayuntamiento calificasen de tranquila la noche en comparación con otras anteriores. Cuatro reyertas. Cuatro grandes peleas sacudieron la región. Dos de ellas se debieron a desavenencias entre parejas. Así, en Las Rozas, una mujer apuñaló a su marido tras encontrarle en la cama con otra. Otra reyerta se produjo entre hermanos y la cuarta se registró en el municipio de Arganda del Rey, a la salida de una discoteca, donde un joven con antecedecentes causó heridas graves con un arma blanca a otro. La víctima fue atendida en el Gregorio Marañón.

Seis heridos en la Puerta del Sol. El dispositivo policial instalado en la Puerta del Sol para evitar el lanzamiento al aire de botellas tras las campanadas funcionó correctamente, a juicio de la Delegación del Gobierno. En ocasiones anteriores, decenas de personas sufrieron lesiones por este motivo; este año, el Samur atendió a seis personas con heridas leves y la policía intervino sólo en una ocasión para atajar la acción de un grupo de vándalos que lanzaba vidrios rotos contra las personas que despedían el año en Sol.

2.200 avisos de urgencias. El teléfono único de emergencias de la Comunidad, el 112, recibió cerca de 2.200 llamadas durante la Nochevieja. Esta cifra, registrada entre la cero horas y las nueve de la mañana, supone un incremento del 400% respecto de las que se reciben de media cualquier noche del viernes. El mayor número de avisos fue por accidentes de tráfico e intoxicaciones etílicas. Una llamada de auxilio procedió de los amigos de una chica que se había encerrado en el maletero de un coche para tomar las doce uvas y que se quedó atrapada. Otro aviso fue para atender a un joven de 23 años que sufrió quemaduras graves al lanzar un petardo de gran calibre. Desde que comenzó la campaña navideña, la Policía Municipal ha decomisado más de 25.000 petardos y artículos pirotécnicos en tiendas de distintos puntos de la capital debido a sus deficientes condiciones de almacenamiento y, en algún caso, a la potencia del explosivo. Estos petardos, lanzados por un grupo de vándalos, fueron los causantes del incendio de cuatro coches en la calle de Arroyo Bueno (Villaverde), dos de ellos de la Policía Municipal.

Atrapados en el ascensor. Los bomberos de Madrid rescataron a una veintena de personas atrapadas en ascensores de distintos inmuebles de la capital. El motivo: el exceso de carga, o, como lo definió ayer el concejal de Protección Civil y Bomberos, Carlos López Collado, "el excesivo compañerismo".

54 accidentes de tráfico. De los 54 accidentes registrados en la Comunidad durante la Nochevieja, 20 ocurrieron en las carreteras de la provincia y 34 en la capital. Los dos accidentes con muertos se produjeron en el término de Navalcarnero, tras un choque frontal entre dos vehículos, y en la carretera que enlaza los términos de Bobadilla con Villaviciosa de Odón, también por un choque frontal. La ingesta del alcohol fue la causa de gran parte de los siniestros. No obstante, los controles de alcoholemia de la policía local han revelado este año un descenso en la cifra de conductores ebrios.

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