Tony Blair se enfrenta a un nuevo escándalo ministerial

El Ejecutivo británico se lanzó ayer a la ofensiva en un intento por contrarrestar el aluvión de críticas descargado desde la noche anterior contra Peter Mandelson, ministro de Comercio e Industria y una de las más influyentes figuras del gabinete de Tony Blair. La tormenta estalló cuando, presionado por una investigación del diario The Guardian, Mandelson admitió haber aceptado un préstamo personal de Geoffrey Robinson, el polémico responsable de pagos en el ministerio de Hacienda. Con el préstamo, por un total de 373.000 libras (más de 90 millones de pesetas), el principal arquitecto ...

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El Ejecutivo británico se lanzó ayer a la ofensiva en un intento por contrarrestar el aluvión de críticas descargado desde la noche anterior contra Peter Mandelson, ministro de Comercio e Industria y una de las más influyentes figuras del gabinete de Tony Blair. La tormenta estalló cuando, presionado por una investigación del diario The Guardian, Mandelson admitió haber aceptado un préstamo personal de Geoffrey Robinson, el polémico responsable de pagos en el ministerio de Hacienda. Con el préstamo, por un total de 373.000 libras (más de 90 millones de pesetas), el principal arquitecto de la victoria laborista adquirió hace dos años una vivienda de cuatro pisos en el barrio de Notting Hill."No creo que aceptar un préstamo de un amigo y un colega parlamentario sea incorrecto", defiende Mandelson mientras la oposición conservadora le exige más explicaciones. Ambos amigos mantuvieron la transación en secreto pero niegan haberse saltado la "letra y espíritu" de los respectivos códigos de conducta ministerial y parlamentario.

En su contra juega el hecho de que ambas trayectorias políticas están intimamante ligadas desde los últimos meses. El ministerio de Comercio e Industria investiga los complejos negocios de Robinson, un multimillonario con lazos en compañías del desaparecido Robert Maxwell y sociedades domiciliadas en los paraisos fiscales del Reino Unido. Mandelson se mantiene al margen de la investigación, que efectúan altos funcionarios de su ministerio. "No hubo ningún conflicto de intereses", defiende, para reconocer poco después que "examinándolo en retrospectiva" debería haber informado a su equipo sobre la existencia del crédito.

El primer ministro, por su parte, volcó ayer su confianza en ambos miembros de su gabinete. Mandelson salvará el temporal -la dimisión de Robinson se anticipa incluso antes de que saltara este último escándalo- pero su comportamiento deja una nueva mancha en la paleta del Nuevo Laborismo. Tras la noticia, Blair se esfuerza por restaurar la confianza del electorado en los órganos de gobierno mientras la oposición acusa al gobierno de rodearse de una "pandilla de amigos".

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