Aviación Civil diseña una tercera ruta aérea para paliar el impacto acústico de Barajas

Las zonas de población más afectadas por la puesta en marcha de la tercera pista de Barajas, como la urbanización La Granjilla (San Sebastián de los Reyes) o la Universidad Autónoma, podrán respirar más tranquilas dentro de dos meses. Aviación Civil ha diseñado una nueva ruta aérea, paralela a la actual salida oeste, pero unos 20 kilómetros más al norte, para todos los vuelos nocturnos y los que hacen dos de los modelos más pesados y ruidosos, el DC-8 y el Boeing 747. De esta manera, los aeroplanos no girarán a la altura de San Sebastián, sino entre San Agustín de Guadalix y El Molar.

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Las zonas de población más afectadas por la puesta en marcha de la tercera pista de Barajas, como la urbanización La Granjilla (San Sebastián de los Reyes) o la Universidad Autónoma, podrán respirar más tranquilas dentro de dos meses. Aviación Civil ha diseñado una nueva ruta aérea, paralela a la actual salida oeste, pero unos 20 kilómetros más al norte, para todos los vuelos nocturnos y los que hacen dos de los modelos más pesados y ruidosos, el DC-8 y el Boeing 747. De esta manera, los aeroplanos no girarán a la altura de San Sebastián, sino entre San Agustín de Guadalix y El Molar.

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Del aeropuerto de Barajas despegan a diario cerca de 850 aparatos, una cifra que se reduce a 650 o 700 durante los fines de semana. El 55% de ese tráfico aéreo toma la ruta norte, que no presenta grandes problemas de impacto acústico. El 45% restante, en cambio, gira hacia el oeste, con lo que sobrevuela La Granjilla, las universidades Autónoma y Comillas y San Sebastián de los Reyes a pocos metros de altura.La idea de los responsables de aviación es suprimir de esta ruta aquellos aparatos que más molestias acarrean a los vecinos: los más pesados y estruendosos y todos los que despegan a partir de las diez u once de la noche. Para ello, estos aparatos tendrán que volar 12 millas más (19,3 kilómetros) en dirección norte, siguiendo el curso del río Jarama, para tomar rumbo oeste nada más sobrepasar el casco urbano de San Agustín de Guadalix.

De esta manera, las aeronaves dispondrán de margen suficiente para ganar altura y aminorar el impacto acústico sobre la población. Las primeras mediciones apuntan a que las aeronaves sobrevolarán las inmediaciones de San Agustín a algo más de 2.000 metros de altura. En circunstancias normales, los aparatos podrían ganar bastante más altura que ésa, pero Aviación Civil impondrá una limitación de velocidad de 210 nudos (389 kilómetros por hora). Los pilotos consultados ayer por este periódico entienden que se podría aumentar esa velocidad máxima hasta los 250 nudos sin riesgo en las operaciones aeronáuticas.

La nueva ruta recibió este miércoles el visto bueno de Cidetra, la comisión que integran Aviación Civil y el Ministerio de Defensa, y se difundirá en los próximos días en el Airac, una publicación internacional que pone en conocimiento de las líneas aéreas todos los nuevos caminos del aire. La solución acordada coincide en buena medida con una propuesta que había formulado al Ministerio de Fomento el piloto y vecino de La Granjilla Carlos Remacha, bautizada en su honor con el apelativo de Ruta Remacha. Durante estos últimos días, un avión laboratorio se ha encargado de trazar el nuevo rumbo para verificar su plena viabilidad.

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Las autoridades ministeriales llevaban sopesando esta solución desde hace tiempo, pero todavía no se habían decidido a llevarla a la práctica porque supone "penalizar a las compañías con un muy notable coste", según admitió un responsable técnico. En efecto, prolongar la maniobra de despegue y giro en 19 kilómetros implica alargar la duración del vuelo en cuatro o cinco minutos y, sobre todo, incrementar de forma espectacular el consumo de combustible. También aumentarán los costes de mantenimiento.Las compañías aéreas cifran el coste de una hora de vuelo en 4.000 dólares (casi 600.000 pesetas). Ello significa que un vuelo nocturno que deba tomar la nueva ruta e invertir cinco minutos más en el viaje le costará a la operadora 50.000 pesetas más. Si se calcula que la tercera ruta será utilizada por un centenar de vuelos diarios (y 10 o 15 menos en fines de semana), el coste adicional de esta modificación al cabo del año rondará los 1.500 millones de pesetas.

La Asociación de Líneas Aéreas (ALA), organismo que agrupa al 90% de las compañías que operan en España, no realizó ayer ninguna valoración sobre estas novedades que se avecinan en las rutas aéreas de Barajas. Sin embargo, su preocupación por los sobrecostes derivados de las nuevas operaciones en el aeródromo madrileño es evidente. El miércoles, este colectivo hizo público un comunicado de protesta por las sanciones que pretende aplicar el Ministerio de Fomento a los aviones que se desvíen una sola milla de las rutas establecidas: entre uno y diez millones de pesetas de penalización a partir del 1 de enero de 1999, según una enmienda presentada por el PP a la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos Generales del Estado.

El diagnóstico de ALA es muy negativo. "Esas sanciones, además de no solucionar los problemas de ruido en Barajas, supondrían un paso importante para arruinar nuestras industrias aeronáuticas y turísticas", apuntó un portavoz. Y añadió, sarcástico: "Eso sí, al no poder volar a nuestros aeropuertos, los problemas de éstos desaparecerán. Ésa es la táctica que se viene siguiendo últimamente con las decisiones aeroportuarias".

Ministro y empresarios

El titular de Fomento, Rafael Arias Salgado, informó ayer en Barajas de las nuevas rutas a una representación de empresarios madrileños. El presidente de la Cámara de Comercio, Juan Mato, dijo que el ministro había apuntado la posibilidad de que los aviones más ligeros no apuren en el despegue toda la longitud de la pista, se eleven lo antes posible y ajusten la velocidad.Para culminar la modernización de Barajas, la compañía Iberia ha encargado ya 50 aviones nuevos, que se estrenarán en dos años. Juan Mato comentó que Barajas está preparado para absorber un aumento de la demanda de un 12% a un 18% en los dos próximos años, "y es susceptible de más ampliaciones". Asimismo, reflejó los planes de la Administración de abrir oficinas de facturación en las estaciones de Ifema y Nuevos Ministerios para que los usuarios puedan dejar sus maletas con antelación y ahorrar tiempo de espera en Barajas. Ese ejemplo se sigue ya en la estación Victoria de Londres.

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