Más 'Tómbola'
Poco se puede añadir a todo lo que se ha dicho y escrito sobre este programa con que Telemadrid obsequia a los espectadores todas las semanas. Sigue y seguirá en cartel mientras que las cotas de audiencia garanticen los objetivos comercialmente y sobre todo los económicos. Si esta cadena no fuera de titularidad pública, podríamos exonerarla de servir programas de la calidad cultural y de la estética de Tómbola, pero este programa se hace en una emisora pública y aquí quien debe decir algo, que aún no ha abierto la boca, es nuestro presidente, el señor Ruiz-Gallardón.Es posible que este señor, ...
Poco se puede añadir a todo lo que se ha dicho y escrito sobre este programa con que Telemadrid obsequia a los espectadores todas las semanas. Sigue y seguirá en cartel mientras que las cotas de audiencia garanticen los objetivos comercialmente y sobre todo los económicos. Si esta cadena no fuera de titularidad pública, podríamos exonerarla de servir programas de la calidad cultural y de la estética de Tómbola, pero este programa se hace en una emisora pública y aquí quien debe decir algo, que aún no ha abierto la boca, es nuestro presidente, el señor Ruiz-Gallardón.Es posible que este señor, que yo percibo como un predicador moral más que como un político avezado, no dedique un rato a la semana para contemplar este programa y poder opinar, sobre todo desde el punto de vista estético. Pero las críticas habidas tampoco se las ha hecho llegar a su consejero competente. Es muy posible que el señor Ruiz-Gallardón sacrifique su exquisito gusto, que sabemos que lo tiene, en aras de la economía de la televisión madrileña. Otro colectivo que algo tiene que decir, pero que por corporativismo no dirá nada, es el gremio de los periodistas, locutores, presentadores y comunicólogos en general. Es uno de los colectivos menos críticos con ellos mismos. Pero las facultades de Ciencias de la Información, las escuelas de Periodismo y centros de estudios audiovisuales deberían decir a los actuales aspirantes que, estas señoras y señores que hacen Tómbola, no son periodistas; mejor dicho, ninguna de las tareas que configuran la función de periodista se dan en el desarrollo de este programa.
Dicho de otro modo, la profesión de periodista no tiene cabida en un gallinero semejante, donde el moderador no modera y las seudoentrevistas nos recuerdan a peleas de las aguadoras de la zarzuela Agua, azucarillos y aguardiente.- .