Tribuna:

Monje

DE PASADAUn monje puede sacar partido a sus testículos sin romper el voto de castidad. A lo sumo se puede romper el testículo, pero no la virtud que está fabricada en un material diferente al orgánico, más elástico y blando, entre goma de mascar y humo. El misterio lo ha divulgado el concejal del Grupo Mixto de Granada, Juan de Dios Vico, quien tuvo la revelación leyendo una revista de ocio. Allí consta que los genuinos monjes shaolín representarán en el Palacio de Deportes de Granada más de veinte números de resistencia, entre ellos tres juegos de fuerza testicular propios no ya de monjes sin...

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DE PASADAUn monje puede sacar partido a sus testículos sin romper el voto de castidad. A lo sumo se puede romper el testículo, pero no la virtud que está fabricada en un material diferente al orgánico, más elástico y blando, entre goma de mascar y humo. El misterio lo ha divulgado el concejal del Grupo Mixto de Granada, Juan de Dios Vico, quien tuvo la revelación leyendo una revista de ocio. Allí consta que los genuinos monjes shaolín representarán en el Palacio de Deportes de Granada más de veinte números de resistencia, entre ellos tres juegos de fuerza testicular propios no ya de monjes sino de mártires. En el primero, los hermanos arrastrarán una piedra de 500 kilos con una cuerda sujeta a las pelotas; en el siguiente, se colgarán de las criadillas una roca de 25 kilos, y en el tercero resistirán con completa impavidez la patada de un espontáneo. En tamaña demostración de imperturbabilidad colabora el Ayuntamiento de Granada, propietario del palacio que cobijará la gesta de los shaolín. Una función como ésta, a medio camino entre la mística y el circo, sólo la podría descubrir un concejal de un grupo Mixto, pues mixta es la sensación que produce el trabajo de los monjes: grito y pasmo, aversión y atractivo, santidad y perversión. Fermín Camacho, concejal de Cultura, cuando conoció la noticia, también sufrió el mismo impacto mixto: se quedó de piedra, pero también de hielo. Granada pretendía cerrar el año Lorca con el concierto de los tres tenores, pero todo se ha quedado en la función de los dos cojones, dicho sea con perdón. ¿Forma parte la función de los hermanos shaolín de la programación de Navidad? Quién sabe. Lo cierto es que el público, a pesar del apego a las tradiciones, comienza a cansarse de escuchar versiones cuarteleras de El Mesías de Haendel y actuaciones corales de tres al cuarto, y pide experiencias de santidad diferentes. Quizá la actuación multitudinaria de los monjes sea el consuelo que nos quedará a los granadinos tras el traslado a Jerez de la Frontera del festival Espárrago Rock, que además ya había perdido bastante de su origen agreste y provocador. Por muchos conjuntos musicales con nombres de pecados nefandos o de imprecaciones que actúen el año que viene en Jerez, los organizadores del Espárrago nunca podrán competir con los monjes shaolín, una especie de congregación heavy por intercesión del espíritu.

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