Borrell culpa de la ruptura con el PNV a los que no querían al PSE en el Gobierno

El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, lamentó ayer que los socialistas no hayan podido incorporarse al Gobierno vasco, para luchar por el fin de la violencia como ellos querían, con pleno respeto hacia la Constitución y el Estatuto de Autonomía. Pero subrayó que la culpa de que hayan decidido no entrar, después de haber hecho todo lo posible por negociar con Juan José Ibarretxe unos objetivos políticos que les resultaran asumibles, es "de quien no ha querido que estuviéramos".

Borrell, que participaba a última hora de la tarde en una manifestación convocad...

El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, José Borrell, lamentó ayer que los socialistas no hayan podido incorporarse al Gobierno vasco, para luchar por el fin de la violencia como ellos querían, con pleno respeto hacia la Constitución y el Estatuto de Autonomía. Pero subrayó que la culpa de que hayan decidido no entrar, después de haber hecho todo lo posible por negociar con Juan José Ibarretxe unos objetivos políticos que les resultaran asumibles, es "de quien no ha querido que estuviéramos".

Borrell, que participaba a última hora de la tarde en una manifestación convocada por UGT y CC OO, pronosticó que el nuevo Ejecutivo autonómico será "más inestable y más radical" que si estuviera también integrado por socialistas.El máximo representante del PSOE había responsabilizado por la mañana al presidente del PNV, Xabier Arzalluz, de que a los socialistas les resultase casi imposible formar parte del nuevo Gobierno vasco, a pesar de que quien va a presidirlo, Juan José Ibarretxe, parecía partidario de integrar a representantes del Partido Socialista de Euskadi. José Borrell indicó en una conferencia de prensa que temía que fuera Arzalluz, "alguien que nunca se ha presentado a las elecciones", y no Ibarretxe, candidato electo a lehendakari, quien de verdad estaba dirigiendo las negociaciones para la formación del nuevo Ejecutivo autonómico. Convencido de que el PNV es rehén de los acuerdos que ha pactado con Herri Batasuna hace meses, Borrell cargó las tintas contra el Partido Nacionalista Vasco y advirtió de que si se decantaba por apoyarse en el nacionalismo radical habrá escogido una mala solución, además de preocupante, porque el Gobierno resultante será menos plural y más inestable. No obstante, en ese momento dejó una puerta abierta a la negociación entablada por Ibarretxe y Nicolás Redondo Terreros, secretario general del PSE-EE. "Ibarretxe sabe que puede contar con nosotros si se trata de erradicar la violencia dentro del marco constitucional y estatutario", explicó.

El candidato socialista a la Presidencia del Gobierno reprochó a Arzalluz sus actitudes "descalificatorias, que se alejan cada vez más de las elementales reglas de juego democráticas", y que convierten en blanco de sus ataques a las fuerzas políticas que defienden el respeto a la Constitución y al Estatuto de Autonomía vasco. "Hay que tener mucha paciencia para convivir con personajes de este estilo, y la tenemos", agregó en referencia al líder del PNV. "A pesar de ellos", insistió, "ofrecemos una voluntad de participación para hacer un Gobierno al servicio de determinados objetivos".

Borrell se refirió enigmáticamente a que el PSOE fijará su posición con relación a la tregua en los próximos días, y rehusó precisar a qué se refería. Uno de sus portavoces precisó posteriormente que estaba aludiendo a la declaración política del PSOE sobre el nuevo Gobierno vasco, una vez configurado.

"Las mismas bobadas"

Horas antes de la ruptura, el ex presidente del Gobierno Felipe González aseguraba en Bruselas que él no era partidario de que los socialistas de Euskadi entraran en el Gobierno vasco por las cosas "que dice Arzalluz". González, informa Efe, añadió que Arzalluz dice de Aznar, sobre el proceso de paz, "las mismas bobadas que decía hace cinco años en relación conmigo".