Entrevista:

"Dirigir es la única manera de contar tu historia"

Mateo Gil, un canario de 26 años, ha sido la última joven promesa que ha inscrito su nombre en el palmarés del Festival de Cine de Alcalá, detrás de los de Bajo Ulloa, Fernando León o Santiago Segura. Gil se gana la vida como guionista desde que hace apenas dos años dejó su trabajo como camarero. Desembarcó en Madrid hace ocho para estudiar Imagen en la Universidad Complutense. Allí conoció a Alejandro Amenábar y juntos comenzaron a rodar pequeñas historias en vídeo. Luego vinieron Tesis, que casi dirigen a medias, y Abre los ojos, que escribieron mano a mano.Mateo Gil confiesa q...

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Mateo Gil, un canario de 26 años, ha sido la última joven promesa que ha inscrito su nombre en el palmarés del Festival de Cine de Alcalá, detrás de los de Bajo Ulloa, Fernando León o Santiago Segura. Gil se gana la vida como guionista desde que hace apenas dos años dejó su trabajo como camarero. Desembarcó en Madrid hace ocho para estudiar Imagen en la Universidad Complutense. Allí conoció a Alejandro Amenábar y juntos comenzaron a rodar pequeñas historias en vídeo. Luego vinieron Tesis, que casi dirigen a medias, y Abre los ojos, que escribieron mano a mano.Mateo Gil confiesa que habría estado dispuesto a vender su alma al diablo por la película "Totó el héroe, del belga Jaco Vandormael, una obra maestra de 1991 que pasó sin gloria, y que es revolucionaria", dice.

De los filmes españoles elige El espíritu de la colmena, de Erice. Su trabajo vendiendo enciclopedias en la periferia de Madrid le dio la idea para su primer corto como director, Allanamiento de morada, una sátira sobre los métodos agresivos de venta a domicilio que transcurre en el salón de una casa. Un corto de 17 minutos que el viernes cosechó en Alcalá los premios a la mejor película y guión y a la mejor obra rodada en la región. Ahora va a por el largo. Es una de las razones por las que no se moverá de Madrid. "Aquí está la industria", sentencia.

Pregunta. Llegó a Madrid como estudiante, la recorrió como mensajero...

Respuesta. ¡Joder! Es que yo soy un paleto de pueblo y Madrid es, es cojonuda: es donde estamos todos los paletos que hemos venido porque no soportábamos más estar en nuestros pueblos. Es la capital y es hospitalaria. Aunque, cuando las cosas te van mal, es muy dura, como todas las capitales.

P. ¿Cómo se hace un corto, de dónde se saca el dinero?

R. En mi caso, el productor me llamó, me pidió un guión, lo escribí en un fin de semana y se lo di. Lo presentó a las subvenciones del Ministerio de Cultura, nos la dieron y ¡adelante! El coste se cubrió con esta ayuda, la de la Comunidad de Madrid y la producción de Canal +. Fue barato, cinco millones de pesetas. Las subvenciones y los premios son el único modo de recuperar el dinero. Por eso, no me interesa el corto. Pero son necesarios para empezar, y los premios son una estupenda tarjeta de visita, sobre todo los de Alcalá.

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P. Y ahora, ¿será guionista o director?

R. Quiero dirigir, es la única forma de contar tu historia, y además, siempre que pueda escribiré. Si escribo para otro, aparte de que el director se va a llevar todos los laureles sin ser todo el mérito suyo, la historia va a dejar de ser mía. Además, el guionista cobra muy poco. No compensa.

P. ¿Qué siente al ser usted ahora el protagonista?

R. No lo sé, nada especial. He vivido todo el éxito de Alejandro muy de cerca, con lo cual ya nada me sorprende. Además, es de carácter, soy un poco como mi padre, nunca estaba contento de verdad, pero tampoco agobiado. Siempre en un término medio.

P. ¿De qué tratará su largometraje?

R. Aún no sé si se va a hacer. Sólo que es un thriller, que tengo el guión casi acabado y que transcurre en Sevilla. Es un género para arrancar, manejable y que funciona.

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