Cartas al director

Peleas

Casi todos los viernes, a las once de la noche, voy a recoger a mi hijo a la salida de dos discotecas situadas en la plaza de Barceló. Raro es el día en que no hay una pelea masiva entre jóvenes; cuarenta o cincuenta chicos persiguiendo a otros cuantos con saña y violencia; en sus manos, a veces, cascos y cadenas de seguridad de motos.Otros cuantos cientos de jóvenes comentando las peleas por las aceras y calzada, impidiendo la circulación.

Allí no aparece la policía para nada ningún día; luego nos quejamos y lloramos si a uno le han dado, por desgracia, una puñalada o bien le han golpe...

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Casi todos los viernes, a las once de la noche, voy a recoger a mi hijo a la salida de dos discotecas situadas en la plaza de Barceló. Raro es el día en que no hay una pelea masiva entre jóvenes; cuarenta o cincuenta chicos persiguiendo a otros cuantos con saña y violencia; en sus manos, a veces, cascos y cadenas de seguridad de motos.Otros cuantos cientos de jóvenes comentando las peleas por las aceras y calzada, impidiendo la circulación.

Allí no aparece la policía para nada ningún día; luego nos quejamos y lloramos si a uno le han dado, por desgracia, una puñalada o bien le han golpeado hasta matarlo. Creo que es una vergüenza la inhibición de nuestras autoridades ante estos hechos.

Hoy, día 13, dos madres estaban llorando viendo estas peleas que le relato.-

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