Álvarez insiste en que el Gobierno central discrimina a Andalucía

Son habas contadas y con lo que hay se hace lo que se puede. La consejera de Economía, Magdalena Álvarez, dividió ayer su intervención en el Parlamento, en el debate de los Presupuestos de la Junta para 1999, en dos partes bien diferenciadas. Por una parte, insistió en denunciar "las discriminaciones" que sufre Andalucía a efectos de financiación por el Gobierno central del PP y, por otra, se esforzó en subrayar que con el presupuesto del año próximo (2,58 billones) se intenta consolidar el Estado del Bienestar, fomentar empleo y mantenerse el rigor presupuestario.

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Son habas contadas y con lo que hay se hace lo que se puede. La consejera de Economía, Magdalena Álvarez, dividió ayer su intervención en el Parlamento, en el debate de los Presupuestos de la Junta para 1999, en dos partes bien diferenciadas. Por una parte, insistió en denunciar "las discriminaciones" que sufre Andalucía a efectos de financiación por el Gobierno central del PP y, por otra, se esforzó en subrayar que con el presupuesto del año próximo (2,58 billones) se intenta consolidar el Estado del Bienestar, fomentar empleo y mantenerse el rigor presupuestario.

La titular de Economía hizo una extensa defensa del Presupuesto de la Junta para 1999. Inicialmente, Álvarez trazó una descripción optimista del actual y futuro mapa macroeconómico de Andalucía. Apuntó, en ese análisis, que los datos de crecimiento económico, inflación y desempleo son notablemente mejores que los de la media europea. "Tenemos un notable ritmo de crecimiento económico, de empleo y de control de la inflación", dijo la consejera. La intervención de Álvarez adquirió los tintes más beligerantes cuando abordó los recursos que recibe la comunidad en concepto de financiación autonómica. Insistió varias veces en que es la decisión "unilateral" del Gobierno central la que hace perder desde 1996 dinero a la comunidad. La consejera de Economía tiró de libreto y recordó que el Ejecutivo de José María Aznar "ignora" a efectos de financiación autonómica a 400.000 andaluces y que la regla de evolución que se le aplica para calcular su Participación en los Ingresos del Estado es distinta a las comunidades que sí aceptaron el modelo del quinquenio 1997-2001. "El sistema es ilegal y provoca perjuicios a Andalucía", clamó Álvarez, que añadió que ante el "chantaje" que sufre del Ejecutivo central no tiene "más remedio que recurrir ante el Tribunal Constitucional". También entró a saco la consejera contra la decisión del Gobierno central de no incluir ninguna partida en los Presupuestos Generales del Estado en concepto de la deuda histórica. "Es un hecho diferencial que no ha llegado desde 1997", dijo Álvarez. Atencia vio el cielo abierto en este punto y recordó que ha sido el Gobierno de José María Aznar el único que ha dado hasta la fecha una partida por este concepto, 20.000 millones de pesetas en 1997. "Aznar, 20.000, Felipe González, cero", sentenció Atencia. La titular de Economía llevó a su terreno la mayor parte de su discurso, es decir, intentó abrumar constantemente con cifras tanto al portavoz de IU, Luis Carlos Rejón, como al del PP, Manuel Atencia. En este sentido, Álvarez llegó a afirmar que no comprendía el motivo por el que ambas formaciones habían presentado enmiendas a la totalidad al Presupuesto presentado el Gobierno andaluz para 1999. Este hecho soliviantó tanto a Rejón como a Atencia que reprocharon con dureza a Álvarez esta aseveración. En ese optimismo, Álvarez hiló argumentos como que "Andalucía lidera la creación de empleo" o que "si España va bien, Andalucía va mejor". Los portavoces de la oposición intentaron -sobre todo Rejón- llevar el debate al día a día de los ciudadanos. El portavoz de IU recordó que Andalucía es la comunidad con más número de parados y habló de las dificultades de los andaluces para llenar el "puchero" o para "comprar ropa". La titular de Economía eludió entrar en este debate y se mantuvo siempre en su discurso: las discriminaciones del Gobierno central y la defensa cerrada de los Presupuestos andaluces. Así, Álvarez subrayó que los Presupuestos de la Junta para 1999 combinan la "expansión en las políticas sociales" y la "austeridad en el gasto corriente". "Son unos presupuestos coherentes, fruto de la estabilidad política y social", apuntó Álvarez, que hizo hincapié en que el gasto social absorbe la mayor parte del crecimiento de las cuentas de la comunidad. Dijo, en este sentido, que del crecimiento del Presupuesto en 117.000 millones de pesetas, 66.000 millones lo absorbe el gasto social. Rejón recordó, en este punto, que de cada 100 pesetas que crece el Presupuesto andaluz, 95 pesetas proceden de transferencias del Estado. A Álvarez no le gustó este argumento y replicó que ese análisis es inválido y que es dinero que corresponde a Andalucía. "No se puede considerar una dádiva sino que es un dinero que nos corresponde", dijo la consejera.

El PA reclama más inversión El PP critica a Gaspar Zarrías IU pide un mayor endeudamiento

El portavoz del PP, Manuel Atencia, subió a la tribuna con un guión muy similar al de años anteriores: "El proyecto de presupuestos es más de lo mismo y mantiene un región subdesarrollada". Según el popular, el Gobierno de Manuel Chaves carece de credibilidad, y puso como ejemplo la supuesta falta de confianza de su propio gabinete, para lo que citó recortes de periódicos en los que el consejero de Educación, Manuel Pezzi, se queja de la falta de fondos. Atencia incidió en la escasa dotación del bloque social (salud, educación y asuntos sociales) y dedujo luego que el PP es el único garante en Andalucía de la solidaridad y el bienestar social, y el único que atiende a las clases desfavorecidas. La crítica a la disminución de inversiones en estas áreas le sirvió también para afirmar que sólo suben las consejerías "que sirven para comprar voluntades, como es la de los tejemanejes de Gaspar Zarrías". A Presidencia unió el presupuesto de Canal Sur, "ése ejemplo de sectarismo y mal gusto", cuya dotación es mayor que la de toda la Consejería de Cultura.L. B SevillaEl portavoz parlamentario de IU, Luis Carlos Rejón, dio a su intervención un clarísimo matiz político, entrando pocas veces en cuestiones de porcentajes o números. Rejón lamentó, sobre todo, la "poca valentía" del Gobierno andaluz en sus previsiones de ingresos, hecho que, por lógica, incide en las restricciones en los gastos. El dirigente de IU animó a la Junta a ir a un mayor endeudamiento para sufragar aquellos servicios, educación o salud, que necesiten más dinero. De adoptar esta decisión, Rejón se mostró incluso dispuesto a retirar su enmienda a la totalidad a los presupuestos andaluces. En esta línea, Rejón expresó su acuerdo con la argumentación de la Junta de que el Gobierno central "está robando" a Andalucía. Pero punto. A partir de ahí, manifestó sus discrepancias y dijo que si la Junta quiere hacer una política de confrontación de verdad, debe incluir en su presupuesto el dinero que cree que le correspondería por deuda histórica, censo y financiación autonómica.I. P Sevilla

El portavoz andalucista, Pedro Pacheco, se mostró conforme con las líneas generales del proyecto, aunque echó de menos un mayor esfuerzo inversor. En un discurso muy medido y sin golpes de efecto, Pacheco dijo que su partido cree que el presupuesto es equilibrado y comprometido. No obstante, las condiciones económicas de Andalucía, que ni en tiempos de la mejor bonanza económica ha conseguido resultado en las políticas de empleo, exigen más dotación para sanidad, la educación -sobre todo las universidades- o vivienda. Pacheco hizo especial mención a la RTVA, sobre la que pidió mayor control. El andalucista criticó la política del Gobierno central respecto a la Junta, ya que está "coartando seriamente las posibilidades inversoras", al dejar de ingresar decena de miles de millones por el sistema de financiación, y al no reconocer el censo real andaluz. El final del discurso lo empleó en justificar el papel del PA en el Ejecutivo regional y dijo: "No estamos aquí solamente para perpetuarnos indefinidamente en el poder".

¿Quién va bien?

Como todas las discusiones que se alargan hasta seis pesadas horas, en sus inicios el debate se deslizó entre la somnolencia de la sobremesa y el letargo de la primera exposición técnica de la consejera Álvarez. Sus señorías se entregaron sin recato al bostezo reiterado, removieron folios, leyeron periódicos y formaron animados corrillos en el salón de plenos hasta elevar el murmullo a un sonoro ronroneo. El presidente del Parlamento, Javier Torres Vela, se vio obligado a ejercer de maestro malhumorado que reprende a los díscolos alumnos, mientras el socialista Luis Pizarro se dedicó a pasar de banca a banca una pegatina con la leyenda: "Veo, veo... ¿Qué ves?: 400.000 andaluces que Aznar y Arenas no ven". Pero el turno del popular Manuel Atencia despertó al hemiciclo. Su encendido alegato al proyecto discurría a tal velocidad, que a Atencia se le escapó un santo, trastocó el mensaje y vino a decir precisamente lo que no quería: "Andalucía va bien, pero España no tanto". Las carcajadas de la sala dejaron mudo a Atencia, quien preguntó desconcertado: "¿Qué pasa? ¿Me he confundido?... Bueno, bueno, el lapsus no cambia el mensaje". En los pasillos, Gazpar Zarrías tomó el relevo del reparto de pegatinas y entregó una al mismísimo secretario general del PP andaluz, Juan Ojeda, quien con un gesto divertido se la colocó en la solapa. La carrerilla de un avispado fotógrafo para captar la imagen forzó un rápido quiebro de Ojeda, quien se desprendió del cartelito a una asombrosa velocidad. Magdalena Álvarez, en la réplica, abandonó el tono cansino y se empleó a fondo en reiteradas puyas al portavoz popular. Las exclamaciones de reprobación de las filas populares, provocó otra vez la intervención del presidente de la Cámara: "Señorías, cállense. Y quien no quiera oír, que se salga fuera". No se fueron porque ya empieza a hacer frío.

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