'Pobrecito' multimillonario

Vecinos de Rubí creen que los 2.287 millones del Gordo de la Primitiva traerán problemas al anónimo ganador

"¡2.287 millones de pesetas! Tanto dinero de golpe le trastorna a uno. Yo no querría para mí una desgracia como ésta". Reflexiones como la de M. L., una vecina de Rubí, en el cinturón de Barcelona, se repetían ayer en los bares, en los colmados y en cualquier lugar de la ciudad donde se entablaba una conversación entre vecinos. Los residentes en la localidad parecían no envidiarle la suerte al vecino que selló el pasado jueves, en la administración de loterías número 4, en la calle de Margarita Xirgu, el multimillonario boleto del Gordo de la Primitiva que le ha convertido en ganador del segun...

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"¡2.287 millones de pesetas! Tanto dinero de golpe le trastorna a uno. Yo no querría para mí una desgracia como ésta". Reflexiones como la de M. L., una vecina de Rubí, en el cinturón de Barcelona, se repetían ayer en los bares, en los colmados y en cualquier lugar de la ciudad donde se entablaba una conversación entre vecinos. Los residentes en la localidad parecían no envidiarle la suerte al vecino que selló el pasado jueves, en la administración de loterías número 4, en la calle de Margarita Xirgu, el multimillonario boleto del Gordo de la Primitiva que le ha convertido en ganador del segundo premio más cuantioso de las apuestas del Estado.A lo mejor es que la astronómica cifra no cabía en la imaginación de muchos, pero algunos incluso parecían compadecer al nuevo multimillonario. "200 o hasta 500 millones de pesetas te solucionan la vida, pero 2.287 te la destruyen", aseguraba un hombre de mediana edad. "No debería permitirse que se acumularan botes tan cuantiosos", añadía una joven.

Comentarios similares se profirieron a lo largo de la mañana de ayer mientras curiosos, periodistas, empleados de las sucursales bancarias de la localidad y el propio Josep Maria Bosch, que regenta la administración donde se selló el boleto, especulaban sobre la identidad del afortunado.

Como suele ocurrir en estos casos, el afortunado prefirió mantener el anonimato y no se dejó caer por la oficina. De hecho, ninguno de los congregados frente a la administración confiaban en poder conocer la identidad del nuevo multimillonario. "Yo, en su lugar, me largaba inmediatamente de aquí con el dinero, sin decir nada a nadie", afirmaba una churrera.

Bosch aseguró que no recuerda quién pasó por su oficina la tarde del jueves pero apuntó algunas pistas sobre el afortunado jugador, que acertó todos los números de la combinación ganadora (13, 22, 23, 27, 29 y 30). "Juraría que se trata de una persona que apostó a título individual porque así suele hacerse cuando sólo se apuestan 750 pesetas", dijo. "Sospecho, y no me gustaría equivocarme, que el premiado es un vecino del barrio, donde vive gente trabajadora y humilde", añadió.

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