Sorpresa

Bill Bruford Quartet. Sala Quatre. Valencia, 11 de noviembre.Del rock de grandes estadios al jazz de cámara. De las multitudes en pie de guerra a las butacas de los teatros, Bill Bruford no quiere volver a hablar de King Crimson, la superbanda a la que históricamente ha estado más vinculado, ni de Yes, Gong o Genesis, grupos de postín que también han contado con sus baquetas. Se ha labrado una reputación indiscutible en estas bandas de rock sinfónico o progresivo y en Fartworks, su proyecto más personal y con el que ha buceado en las aguas del jazz. En su actual gira por España, Bill Bruford...

Bill Bruford Quartet. Sala Quatre. Valencia, 11 de noviembre.Del rock de grandes estadios al jazz de cámara. De las multitudes en pie de guerra a las butacas de los teatros, Bill Bruford no quiere volver a hablar de King Crimson, la superbanda a la que históricamente ha estado más vinculado, ni de Yes, Gong o Genesis, grupos de postín que también han contado con sus baquetas. Se ha labrado una reputación indiscutible en estas bandas de rock sinfónico o progresivo y en Fartworks, su proyecto más personal y con el que ha buceado en las aguas del jazz. En su actual gira por España, Bill Bruford sorprendió a más de uno porque el batería inglés ofreció un jazz al que apenas se le pueden añadir adjetivos. En todo caso, jazz contemporáneo con escasas dosis de swing pero nada de fusión convencional ni de rock. Eso sí, mucho respeto por las partituras, que son elaboración propia en su mayoría, y máximo cuidado con las armonías, arreglos y melodías al objeto de dibujar un paisaje sonoro propio. En la batería, Bruford hizo una exhibición de comedimiento y se ratificó como maestro del contrapunto, distribuyendo faena para los tres jóvenes músicos que le acompañan, aunque sin demasiado margen para la improvisación. El resultado es una propuesta brillante pero un tanto fría.