Cartas al director

Risas o gritos

Paseando por la calle Mayor, sufrí un profundo dolor de retina al comprobar que lo que en la lejanía tenía el aspecto de obra temporal, de cerca eran las reformas que el señor alcalde ha realizado en el Viaducto.Si uno se coloca a la entrada de ese magnífico puente y, eso sí, mira hacia adelante, tiene la impresión de estar a punto de adentrarse en un desafortunado redil de paredes brillantes.

Acercándose un poco más, la sensación de claustrofobia se hace patente cuando, finalmente uno repara en el emblema madrileño colocado "sutilmente" en todos y cada uno de los paneles de cristal (va...

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Paseando por la calle Mayor, sufrí un profundo dolor de retina al comprobar que lo que en la lejanía tenía el aspecto de obra temporal, de cerca eran las reformas que el señor alcalde ha realizado en el Viaducto.Si uno se coloca a la entrada de ese magnífico puente y, eso sí, mira hacia adelante, tiene la impresión de estar a punto de adentrarse en un desafortunado redil de paredes brillantes.

Acercándose un poco más, la sensación de claustrofobia se hace patente cuando, finalmente uno repara en el emblema madrileño colocado "sutilmente" en todos y cada uno de los paneles de cristal (vaya usted a saber por qué) y no puede por menos que reprimir las ganas de reír o gritar, según su personalidad.

No me parece en absoluto una medida adecuada (al menos yo nunca he visto a la gente haciendo cola para suicidarse) y mucho menos estética.

De seguir así, pronto veremos los andenes del metro con murallas como las de Ávila.

De todas formas, la solución adoptada frente a los suicidios, en el Viaducto, no me parece una buena excusa para el mal gusto del señor alcalde José María Alvarez del Manzano.

No hay más que darse una vuelta por Goya, Ríos Rosas, o transitar por las calles cercanas a Marqués de Vadillo (por citar sólo algunos ejemplos) y observar cómo las versiones gigantes de estatuillas de escayola, las fuentes a modo de abrevaderos y los extraños armatostes que albergan anuncios publicitarios se apoderan cada día de la ciudad.

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Por no hablar de las obras en el Paseo de Extremadura, donde se ha puesto una mediana en mitad de la calzada, se han ensanchado las aceras y así se piensa de forma ingenua que se suavizarán los problemas de circulación en la zona.

Dicho en general y para el futuro, ¡Dios nos libre de los arranques creativos que exhibe nuestro alcalde José María Álvarez del Manzano!-

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