Entrevista:

"Es muy duro ver cómo el Alzheimer destroza a un ser"

Actor de vis cómica, Pedro Osinaga dedicará la recaudación de la obra La sopera, que estrena hoy en el teatro Alcázar junto a Alberto Closas y Queta Claver, a un fin que para él tiene recuerdos dolorosos, la lucha contra el mal de Alzheimer. Al igual que otros muchos ciudadanos conoce de primer mano las consecuencias de esta enfermedad que se llevó un zarpazo a un familiar muy directo. Eso es lo que le ha llevado a colaborar con la Fundación Alzheimer España, destinando a dicha entidad creada en 1991, el ingreso de las entradas de este primer día de su función (de 800 a 3.000 pesetas) que ...

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Actor de vis cómica, Pedro Osinaga dedicará la recaudación de la obra La sopera, que estrena hoy en el teatro Alcázar junto a Alberto Closas y Queta Claver, a un fin que para él tiene recuerdos dolorosos, la lucha contra el mal de Alzheimer. Al igual que otros muchos ciudadanos conoce de primer mano las consecuencias de esta enfermedad que se llevó un zarpazo a un familiar muy directo. Eso es lo que le ha llevado a colaborar con la Fundación Alzheimer España, destinando a dicha entidad creada en 1991, el ingreso de las entradas de este primer día de su función (de 800 a 3.000 pesetas) que seguirá en cartel hasta Navidades. Con el dinero, la Fundación tiene previsto abrir un local en Madrid que sirva de centro de estancia temporal para estos enfermos en aquellos momentos en los que sus familiares no puedan hacerse cargo de ellos.Pregunta. ¿Qué le ha llevado a tomar esta decisión? Respuesta. Alguien muy cercano a mí murió de Alzheimer hace una década, así que cuando hace poco conocí a unos miembros de la Fundación, me pareció que sería positivo donarles la recaudación del estreno. Se trata de una enfermedad sobre la que no se ha hablado lo suficiente y que, sin embargo, afecta a muchas personas. Es raro encontrarse con alguien a quien esta desgracia no le haya tocado de forma directa o indirecta.

P. ¿Qué fue lo más doloroso de su experiencia?

R. Lo peor es ser testigo del progresivo deterioro que se produce en el enfermo. Es muy duro ver como el Alzheimer destroza a un ser querido. La convivencia diaria con estos enfermos crea un desgaste tremendo.

P. ¿Se conoce lo suficiente esta enfermedad?

R. Creo que no, aunque es verdad que cada vez se sabe más sobre ella y que existe una mayor conciencia social.

P. ¿Tiene algo que ver el argumento de La sopera con el Alzheimer?

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R. Nada de nada. Es un clásico del teatro de humor que estrenó el ya fallecido Manolo Gómez Bur hace 26 años. En aquel entonces fue la competencia de otra obra mía que estuvo mucho tiempo en cartel, la de Sé infiel y no mires con quién. Su objetivo es que el público se ría con las vicisitudes del dueño de un ruinoso negocio de grifos de plástico que quiere, con escaso éxito, que una tía suya muy rica le preste dinero.

P. ¿Son las mismas vicisitudes que padece un asociación con fines sociales para obtener fondos?

R. En absoluto. Las argucias a las que recurre este personaje para conseguir sus objetivos no son precisamente recomendables porque piensa hasta en el asesinato de esa tía suya que es como una Ángela Chaning de La Rioja.

P. Llevaba tiempo lejos de los escenarios madrileños.

R. Sí, dos años. He estado volcado haciendo televisión, pero creo que, en realidad, lo mío es hacer teatro.

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