UNA MISIÓN ESPACIAL HISTÓRICA

Los dos botones de John Glenn

El 20 de febrero de 1962, día del primer lanzamiento de John Glenn, el técnico de la NASA Tom O"Malley disponía de dos botones que podía pulsar desde la Tierra. Uno encendería el cohete Atlas para lanzar a Glenn al espacio. El otro (llamado botón del pánico) mandaría al astronauta y a su cápsula a la mitad del océano Atlántico en caso de que el cohete explotara.No se trataba de una alternativa meramente teórica. O"Malley recuerda ahora que sintió verdadero miedo de tener que usar el segundo botón. Era la primera vez que se probaba un Atlas con un astronauta a bordo, y casi la mitad de las prue...

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El 20 de febrero de 1962, día del primer lanzamiento de John Glenn, el técnico de la NASA Tom O"Malley disponía de dos botones que podía pulsar desde la Tierra. Uno encendería el cohete Atlas para lanzar a Glenn al espacio. El otro (llamado botón del pánico) mandaría al astronauta y a su cápsula a la mitad del océano Atlántico en caso de que el cohete explotara.No se trataba de una alternativa meramente teórica. O"Malley recuerda ahora que sintió verdadero miedo de tener que usar el segundo botón. Era la primera vez que se probaba un Atlas con un astronauta a bordo, y casi la mitad de las pruebas realizadas por la NASA desde 1958 habían acabado en fracaso.

Unos días antes, O"Malley había solicitado un encuentro personal con Glenn. "Si yo iba a mandar a un hombre a la muerte, quería hablar primero con él cara a cara", cuenta el ingeniero, que tiene ahora 83 años.

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Pero el astronauta le tranquilizó en seguida. "Glenn me dijo: "Tengo toda la fe del mundo, así que haga usted lo que considere más correcto". O"Malley recuerda que se sintió como si le acabaran de quitar el mundo de encima de los hombros.

El entonces ayudante de O"Malley, George Page, dice ahora que se siente feliz de ver otra vez a Glenn "disparado hacia las estrellas" con el Discovery. Pero en 1962 no parecía tenerlo tan claro, ni mucho menos. "Pensé entonces que Glenn necesitaba un condenado montón de coraje para sentarse en lo alto de esa cosa", asegura Page.

Otro técnico, Paul Donnelly, señala: "Creo que John corrió más peligro llevando y trayendo a Annie [su esposa] en su avión particular que ahora".

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