Un cambio paso a paso

El acuerdo Endesa- Gas Natural ampliará en una cuarta parte la facturación total del gas español, que en la actualidad alcanza ya los 130.000 millones de termias. Las dos empresas destinarán este incremento exclusivamente a la generación eléctrica concentrada en dos nuevas centrales de ciclo combinado, en Algeciras y Barcelona, con capacidad para producir 3.000 megavatios al año, y concretarán estas alianzas con cruces accionariales en Gas Andalucía y Gas Aragón (ver gráfico). A partir de ahora el suministro de gas marcará la diferencia. Contribuyen a ello la muerte anunciada del binomio carb...

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El acuerdo Endesa- Gas Natural ampliará en una cuarta parte la facturación total del gas español, que en la actualidad alcanza ya los 130.000 millones de termias. Las dos empresas destinarán este incremento exclusivamente a la generación eléctrica concentrada en dos nuevas centrales de ciclo combinado, en Algeciras y Barcelona, con capacidad para producir 3.000 megavatios al año, y concretarán estas alianzas con cruces accionariales en Gas Andalucía y Gas Aragón (ver gráfico). A partir de ahora el suministro de gas marcará la diferencia. Contribuyen a ello la muerte anunciada del binomio carbón-gasóleo y el lánguido aterrizaje de la fisión del uranio, con un cierre de capacidades en las centrales, fielmente reflejado en el coste de la moratoria nuclear.

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Endesa se ha asegurado este suministro "muy a largo plazo", y lo destinará a sus centrales de ciclo combinado, que tienen mayor potencial calorífico y son menos contaminantes.

Endesa ha venido utilizando en sus plantas de generación un 30% de energía nuclear, un 25% de carbón, un 20% de hidráulica y apenas el 5% de gas a base de un ciclo combinado. Muy pronto, en un plazo máximo de cinco años, la distribución de energía primaria se habrá invertido a favor del gas. La duda es qué pasará con las nucleares. ¿Seguirán cerrándose, hasta su desaparición, como ocurre en Alemania? La respuesta es tendencialmente afirmativa y directamente proporcional a la menor influencia que tiene hoy el antiguo grupo de presión eléctrico de los Oriol, Fenosa, Urquijo o Ybarra. La apuesta medioambiental de Bruselas consagra el gas, una energía limpia, y las empresas convergen en un pacto energético.

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