Psicópata con capacidad de seducción

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Nacido hace 35 años en el seno de una familia humilde del deprimido barrio del Raval de Barcelona, Francisco López Maíllo tenía dos novias cuando fue detenido. Una de ellas se prostituía por una dosis de heroína y nunca había notado nada anormal en el comportamiento de su compañero. Tampoco detectó nada extraño su otra novia, una estudiante del barrio de Gràcia. Los padres de López Maíllo fueron sus primeras víctimas. Desde pequeño, se marchaba de casa durante varios días, y entre los 8 y los 15 años fue encerrado en un reformatorio por agredir a su madre. Para ella, al igual que para su marido y sus hijas, fue un duro golpe saber que Francisco era el violador del Ensanche, que llegó a crear un clima de psicosis en Barcelona desde 1982 hasta febrero de 1984, cuando fue detenido.La policía no conseguía dar con el violador que atacaba a mujeres en los barrios del Ensanche y de Gràcia. El asaltante presumía ante sus víctimas de ser el violador del Ensanche y de que conocía los detalles de todos los turnos policiales. Mujeres agentes se ofrecieron como cebo para capturarle, pero López Maíllo no cayó en la trampa y la cifra de violaciones iba aumentando. En la madrugada del 7 de febrero de 1984, dos inspectores que le identificaron en la calle gracias al retrato robot confeccionado por las víctimas, le cerraron el paso con su automóvil. Más de 30 de las 42 denunciantes le reconocieron.

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El psiquiatra Ortega Monasterio, que presentó su informe durante el juicio, le define como alguien inteligente, sin estudios, pero con una gran capacidad de seducción, típica en muchos psicópatas.

En la sentencia, los magistrados del tribunal afirman que el violador del Ensanche aprovechaba todas las circunstancias para agredir a sus víctimas. Algunas de ellas fueron violadas dos veces.

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