LA CRISIS DE KOSOVO

"Milosevic es un Sadam balcánico, un déspota oriental"

Zoran Djindjic, de 48 años, doctor en filosofía por la universidad alemana de Konstanz con una tesis sobre Carlos Marx, preside el Partido Democrático (PD) de Yugoslavia, que en noviembre de 1996 ganó con la alianza Zajedno (Unidos) las elecciones municipales en las grandes ciudades de Serbia. Después de tres meses de manifestaciones, hasta conseguir el reconocimiento de los resultados, los partidos de la alianza opositora eligieron a Djindjic alcalde de Belgrado. Su mandato resultó sietemesino, porque la unidad opositora se resquebrajó en beneficio del régimen de Slobodan Milosevic.Djindj...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Zoran Djindjic, de 48 años, doctor en filosofía por la universidad alemana de Konstanz con una tesis sobre Carlos Marx, preside el Partido Democrático (PD) de Yugoslavia, que en noviembre de 1996 ganó con la alianza Zajedno (Unidos) las elecciones municipales en las grandes ciudades de Serbia. Después de tres meses de manifestaciones, hasta conseguir el reconocimiento de los resultados, los partidos de la alianza opositora eligieron a Djindjic alcalde de Belgrado. Su mandato resultó sietemesino, porque la unidad opositora se resquebrajó en beneficio del régimen de Slobodan Milosevic.Djindjic recibió al enviado de EL PAÍS en la sede de su partido, un elegante chalé en un barrio céntrico de Belgrado. El político, que podría definirse como socialdemócrata, si la palabra socialismo no le molestara, opina que las bombas de la OTAN caerán sobre los demócratas serbios, porque fortalecen a Milosevic y dejan a Serbia en un proceso de "iraquización". Para Djindjic, Milosevic es una especie de "Sadam Husein balcánico, un déspota oriental". El político opositor pinta un negro panorama del futuro de Yugoslavia, teme que el Estado se disuelva y todo degenere en una situación como la de Albania, con enfrentamientos entre grupos armados.

Djindjic está convencido de que un ataque de la OTAN contra Serbia "primero conduciría a una situación que fortalecerá a Milosevic, porque tendría una disculpa para todas sus derrotas. Contra la Alianza Atlántica no se puede ganar. Él se presentaría como un patriota y, con esa derrota, conseguiría una amnistía para los últimos 10 años, que fueron de reparto de dinero, corrupción y criminalización de la sociedad. Ahora todo se barrería bajo la alfombra, con la consigna de que defendemos a Serbia con valor, como hace 600 años en Kosovo en el Campo de los Mirlos . Perdimos contra una potencia más fuerte, pero fuimos valientes y nosotros somos los santos".

Teme Djindjic que Milosevic "utilice la crisis para eliminar a todos sus enemigos internos. Está en marcha una monstruosa campaña contra los medios de comunicación y el PD. He tenido noticias de que se celebran reuniones en Serbia de reservistas del Ejército, de unidades especiales y de los servicios secretos, en las que se dice que lo que ocurre en Kosovo es una continuación de las manifestaciones de hace dos años : un intento de Estados Unidos y otros países de derribar el poder legal. Todo es una conspiración, y eso lo organiza en Serbia el PD. Si llega una intervención exterior, hay una quinta columna en el país, el PD. Es un intento de eliminar a todos los testigos desagradables de una política catastrófica, los medios independientes y el PD, que son los únicos enemigos a los que teme Milosevic. Si la OTAN interviene, reinará el caos en Serbia durante días. Ese caos lo utilizará Milosevic para neutralizar todas las voces contrarias. Ya empezaron con las radios independientes".

Considera Djindjic que existen paralelismos entre Serbia e Irak y entre Milosevic y Sadam Husein: "Está ya en marcha la iraquización de Serbia, y esto lo hacen Milosevic y [Vojislav] Seselj . Ellos reciben con placer la iniciativa de la OTAN, porque es un pretexto para iraquizar el país, con independencia de que se produzca la intervención o no". Para Djindjic, "con absoluta certeza Milosevic es una especie de Sadam Husein balcánico, un déspota oriental. Hace unos años había una consigna: Slobo-Sadam. Se puede hablar de Serbia como de un nuevo Irak en Europa".

A la pregunta de cómo se explica la alianza entre un comunista, Milosevic, y un fascistoide, Seselj, responde Djindjic: "A ellos añadiría Drascovic , que domina en Belgrado con el apoyo de Milosevic. En Belgrado viven dos millones de personas, un 25% de Serbia. Se trata de una alianza antieuropea, una alianza oriental, de partidos que entienden la política como hace 300 años en los Balcanes: una política nepotista, personal, incontrolada y corrupta con monopolio de los medios de comunicación y de la economía. Los tres se entienden en esa política. En el pasado cada uno quiso ser el sultán y tener un poder exclusivo. Milosevic lo consiguió. Los otros dos intentaron derribarlo, pero al darse cuenta de que, con el paso del tiempo, cada vez tenían menos dinero y menos poder, pensaron que era mejor participar y servirle, a esperar que en vez de Milosevic venga otro sultán. Si se va Milosevic, ya no hay más para repartir. Se trata de una coalición muy pragmática, de tres políticos antieuropeos, en el sentido de conservar un poder incontrolado, sin instituciones independientes, sin justicia que pueda perseguir esas actividades criminales. Todo bajo control personal y familiar. Se construye el poder a base de dinastías, y el único cambio es el de dinastía, mientras los monopolios permanecen. Me parece un alivio para Serbia que los tres estén ahora juntos, porque existe una posibilidad de librarse de golpe de los tres".

Este trío, según Djindjic, "se siente amenazado y trata de eliminar a la oposición, incluso físicamente. No en el sentido de poner en peligro las vidas, sino de aniquilamiento de los medios, cierre de periódicos, despidos, represión sobre la gente de tal forma que se lo piensen antes de participar en actividades de oposición. Estamos en una fase final de la locura iniciada hace 10 años, cuando esos tres llegaron al poder, cuando la gente había perdido la brújula. Ahora, esa fase llega a su fin. El pueblo está tranquilo y ha recuperado la brújula. El sistema oprime como una piedra. Es difícil decir cuánto durará. Yo no creo que el sistema se transforme como consecuencia de la crisis de Kosovo, incluso puede fortalecerse de forma provisional. Después vendrá una sacudida social y esa crisis de Kosovo puede tener el efecto de la guerra de las Malvinas en Argentina. Después vendrá una reacción, no en forma de guerra, pero saldrá a flote la decepción y el descontento".

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

La intervención de la OTAN, una fuerza fundamentalmente europea, perjudica a los políticos que en Yugoslavia se presentan como una alternativa europea. De ello está convencido Djindjic: "Las bombas caerán sobre nosotros, sobre la parte democrática de Serbia, y los otros disfrutarán con ello. Seselj se vestirá el uniforme militar y se inflará mientras inspecciona los cuarteles acompañado por las cámaras de la televisión. Es una problema para nosotros que se nos identifique como una fuerza europea en Serbia, y lo hemos hecho a propósito, y que ahora sea Europa la fuerza que nos ataca militarmente. Esto quiere decir que somos la quinta columna, a los ojos de mucha gente. En la OTAN, nadie piensa en esto, les da igual".

Archivado En