Tribuna:

Tres principios y un objetivo

LUIS ÁNGEL HIERROLa aceleración de los acontecimientos a partir de la tregua de ETA comienza a producir las primeras discrepancias en el seno de las fuerzas políticas andaluzas. Sobre todo, con la decisión del presidente Chaves de institucionalizar el debate de la reforma de la Constitución mediante el contacto con los presidentes Ibarra y Bono. Ciertamente, el problema que se trata es de corte nacional. Sin embargo, hay que remarcar que la situación vigente del "café para todos" es una conquista fundamental de Andalucía, ya que fue la que rompió la pretendida distinción entre comunidades "his...

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LUIS ÁNGEL HIERROLa aceleración de los acontecimientos a partir de la tregua de ETA comienza a producir las primeras discrepancias en el seno de las fuerzas políticas andaluzas. Sobre todo, con la decisión del presidente Chaves de institucionalizar el debate de la reforma de la Constitución mediante el contacto con los presidentes Ibarra y Bono. Ciertamente, el problema que se trata es de corte nacional. Sin embargo, hay que remarcar que la situación vigente del "café para todos" es una conquista fundamental de Andalucía, ya que fue la que rompió la pretendida distinción entre comunidades "históricas" y "no históricas"; de ahí que el papel de Andalucía en estos momentos vuelva a ser de inestimable relevancia. De hecho, si en la proclamada reinterpretación o reforma de la Constitución, los nacionalistas vascos, catalanes y gallegos consiguen separar el tratamiento de sus territorios del que se dé a Andalucía, entonces volveremos a la situación asimétrica previa al 28-F. Si, por el contrario, los andaluces conseguimos liderar la resistencia a la discriminación, convergeremos hacia un sistema federal simétrico, que en principio es la concepción mayoritaria entre los españoles. Quiero ello decir que cualquier intento del presidente Chaves de que Andalucía abandere la construcción federal simétrica del Estado no sólo no es criticable, sino que se pronostica como imprescindible para llevar a buen fin los derechos de todos los españoles. No obstante, también es cierto que esa institucionalización ha de pasar por una convergencia de todas las fuerzas políticas andaluzas. Lo que parece ser fácilmente alcanzable, pues sólo requiere de pactar un objetivo: "conseguir que, en cualquier interpretación o reforma de la Constitución, Andalucía pueda alcanzar idénticos niveles de autogobierno que cualquier otro territorio", y tres principios: uno social, "garantía de la igualdad y la solidaridad de y entre todos los españoles"; otro económico, "derecho a reivindicar lo necesario para garantizar la competitividad de nuestra economía", y, por último, uno político, "no uso partidista del proceso y sus resultados".

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