Cartas al director

Bellezas

Soy madre. Algo grande y maravilloso. Mi primera hija está sana y es preciosa, inteligente, no podía pedir más... Bueno, sí, otro hijo igual, pero esta vez varón. Y nos pusimos a ello, y nos amamos como nunca, y ese momento llegó naturalmente. Como hacía ya nueve años desde que mi hija nació, me puse al día, leí revistas de mamás y bebés, y cada vez que veía en la televisión los anuncios de pañales o yogures infantiles soñaba sobre cómo sería mi hijo Gonzalo. Sería rubito y gordito, con sus ojos claros y el cabello rizado como el mío; en fin, "un ángel". Pero mi hijo nació y me sentí muy sola ...

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Soy madre. Algo grande y maravilloso. Mi primera hija está sana y es preciosa, inteligente, no podía pedir más... Bueno, sí, otro hijo igual, pero esta vez varón. Y nos pusimos a ello, y nos amamos como nunca, y ese momento llegó naturalmente. Como hacía ya nueve años desde que mi hija nació, me puse al día, leí revistas de mamás y bebés, y cada vez que veía en la televisión los anuncios de pañales o yogures infantiles soñaba sobre cómo sería mi hijo Gonzalo. Sería rubito y gordito, con sus ojos claros y el cabello rizado como el mío; en fin, "un ángel". Pero mi hijo nació y me sentí muy sola y hundida; él era diferente a lo esperado. Entonces releí para aprender más en las publicaciones antes vistas, y no encontraba a mi hijo en ninguna página; no podía, pese a mi esfuerzo, reconocerle en ningún anuncio televisivo. ¿No existen niños como el mío? ¿Son ciudadanos de segunda clase?Mi hijo Gonzalo tiene síndrome de Down y, ¡quién sabe!, quizá hasta un día sea modelo. Gracias, Benetton, por tener en cuenta otras bellezas menos vistas. Es el anuncio más bonito del mundo; sí, ya sé, para mí, pero eso me basta. Gracias.-

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