La OTAN está preparada para enviar 60.000 soldados a Kosovo

El Consejo Atlántico -los embajadores de la OTAN- dio ayer el visto bueno al abanico de opciones militares para intervenir en el conflicto de Kosovo, por si los dirigentes de la comunidad internacional deciden recurrir a los servicios de la Alianza Atlántica.Son cuatro planes. El más suave, un despliegue preventivo, con 25.000 soldados, en la vecina Albania. El segundo, una operación aérea limitada contra Serbia, mediante misiles de crucero lanzados desde el Mediterráneo. El más duro sería un bombardeo masivo para forzar el alto el fuego: supondría operar desde el mismo espacio aéreo serbio, p...

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El Consejo Atlántico -los embajadores de la OTAN- dio ayer el visto bueno al abanico de opciones militares para intervenir en el conflicto de Kosovo, por si los dirigentes de la comunidad internacional deciden recurrir a los servicios de la Alianza Atlántica.Son cuatro planes. El más suave, un despliegue preventivo, con 25.000 soldados, en la vecina Albania. El segundo, una operación aérea limitada contra Serbia, mediante misiles de crucero lanzados desde el Mediterráneo. El más duro sería un bombardeo masivo para forzar el alto el fuego: supondría operar desde el mismo espacio aéreo serbio, para lo que se destruirían las defensas antiaéreas de Belgrado, y serviría de apoyo a un despliegue sobre el terreno de hasta 60.000 soldados. Otro plan contempla simplemente la "estabilización" tras un eventual acuerdo de alto el fuego, desplegando 36.000 soldados.

El documento de opciones se considera un texto abierto, adaptable a los cambios de situación. Los Dieciséis lo completaron con sendos requerimientos a Belgrado -para que detenga las agresiones a la población- y a los kosovares -para que se abstengan de nuevas reacciones violentas-, así como con un apoyo explícito a las gestiones de los mediadores norteamericanos.

Ayer sonaba en medios diplomáticos el nombre del embajador alemán Hans Jorg Eiff como futuro representante europeo en Kosovo. Su perfil parece diseñado para satisfacer al ganador de la crisis, el líder serbio Slobodan Milosevic. Eiff fue embajador de su país en Belgrado y luego en la OSCE. Cuando Bonn apoyó la independencia de Croacia y Eslovenia al inicio de la crisis yugoslava, Eiff defendía la integridad del país, en la línea preconizada por Belgrado, por lo que fue relevado.

De ser nombrado, Eiff deberá colaborar con el mediador oficial de la OSCE y la UE para asuntos yugoslavos, Felipe González, a quien el dictador serbio ha negado el plácet.

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