Una promesa de amor

"Fue una promesa de amor", dijo ayer Eugenio Martínez Jiménez al explicar qué eran, a su juicio, las cartas de conformidad o comfort letter que en 1990 y1991 tuvo que gestionar Mariano Gómez de Liaño para que la sociedad Asebur Inversiones, el buque insignia de Mario Conde con un capital de 10.000 millones de pesetas, respaldara a Valyser al solicitar financiación del Banco de Progreso, 300 millones, para comprar al grupo Banesto en julio de 1990 acciones de Isolux.La "promesa de amor" de Asebur Inversiones fue dirigida al banco en el que Conde llevaba sus negocios privados.

"Hemos teni...

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"Fue una promesa de amor", dijo ayer Eugenio Martínez Jiménez al explicar qué eran, a su juicio, las cartas de conformidad o comfort letter que en 1990 y1991 tuvo que gestionar Mariano Gómez de Liaño para que la sociedad Asebur Inversiones, el buque insignia de Mario Conde con un capital de 10.000 millones de pesetas, respaldara a Valyser al solicitar financiación del Banco de Progreso, 300 millones, para comprar al grupo Banesto en julio de 1990 acciones de Isolux.La "promesa de amor" de Asebur Inversiones fue dirigida al banco en el que Conde llevaba sus negocios privados.

"Hemos tenido conocimiento de que esa entidad está dispuesta a asumir con Valyser un riesgo total de 300 millones, mediante la operación bancaria de póliza de préstamo. Tenemos la seguridad de que la mencionada operación que Uds. han de realizar con Valyser se concederá, esencialmente, en consideración a nuestra relación con dicha sociedad. En todo momento responderemos de la solvencia de Valyser y tan pronto como fuésemos requeridos para ello, prestarles a su entera satisfacción toda clase de garantías personales o reales que estimen necesarias", decía. El mismo compromiso fue reiterado en 1991, a solicitud del Progreso.

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"No era ejecutable, no tenía intervención de fedatario público", dijo una y otra vez el acusado. El abogado de Banesto, José Antonio Jiménez, definió así la carta: "Es un compromiso obligacional". Martínez Jiménez dijo que si Metallgesellschaft, a quien vendió el paquete de Isolux, no se quedó con el mismo y lo vendió a la Corporación en julio de 1993, fue por su crisis mundial, que estalló en junio. Problema: la crisis estalló en diciembre de 1993 y no en junio.

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