Vizcaya descarta implantar un peaje en el corredor del Txorierri, su proyecto más costoso

La Diputación vizcaína ha descartado implantar un peaje en el futuro corredor del Txorierri -su proyecto de mayor envergadura en materia de carreteras y con el que se quiere desviar el tráfico de largo recorrido procedente de Europa-, puesto que no retraería el volumen de vehículos esperado. Aunque la decisión se tomará el próximo mes, el diputado de Obras Públicas, José Félix Basozabal, se decanta por financiar las obras, que tienen un coste inicial de 17.600 millones, mediante el pago a plazos a través del nuevo modelo instaurado por el ente foral vizcaíno.

El departamento de Obras P...

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La Diputación vizcaína ha descartado implantar un peaje en el futuro corredor del Txorierri -su proyecto de mayor envergadura en materia de carreteras y con el que se quiere desviar el tráfico de largo recorrido procedente de Europa-, puesto que no retraería el volumen de vehículos esperado. Aunque la decisión se tomará el próximo mes, el diputado de Obras Públicas, José Félix Basozabal, se decanta por financiar las obras, que tienen un coste inicial de 17.600 millones, mediante el pago a plazos a través del nuevo modelo instaurado por el ente foral vizcaíno.

El departamento de Obras Públicas recibió a finales de julio el estudio encargado a una asesoría holandesa y a una ingeniería británica para decidir la financiación del corredor del Txorierri, que unirá a través de una autovía las localidades de Derio y Galdakao. En el informe se analizaron inicialmente tres opciones: el peaje tradicional, un convenio con la empresa constructora que permitiría pagar los trabajos a plazos y el denominado peaje-sombra, que consiste en el abono adelantado de la obra por una empresa privada, a la que, posteriormente durante un plazo concreto, la Diputación le pagaría cantidades que variarían según los vehículos que utilicen la calzada. A estas tres fórmulas se unió posteriormente el modelo vizcaíno, que supone el pago a plazos durante diez años sin recurrir a los presupuestos de la Diputación: la recién creada sociedad foral Bideak se hace cargo de cantidades adelantadas por entidades bancarias, con lo que las constructoras pueden percibir el importe económico según vayan realizando las certificaciones de obra. Basozabal ha desechado el peaje tras conocer las conclusiones del estudio sobre el tráfico previsible, que calcula cerca de 40.000 vehículos diarios si no se paga un canon y alrededor de 20.000 en caso de existir el peaje. "No se cumple el efecto que perseguimos de desviar el tráfico de la A-8 [que en algunos tramos alcanza los 120.000 vehículos cada día] al corredor del Txorierri y por eso lo descartamos", manifiesta el diputado de Obras Públicas. El estudio de financiación establece las inversiones que requerirían los otros tres modelos analizados, aspecto que ha llevado a Obras Públicas a decantarse por el modelo vizcaíno. Así, el sistema de peaje-sombra obligaría a invertir cerca de 27.000 millones; el convenio con la constructora superaría los 23.000 millones, y el modelo vizcaíno ronda los 22.800 millones de pesetas. "Tenemos que contrastarlo con el departamento de Hacienda, pero posiblemente sea esta fórmula, porque es lo más barato", añade. 34.000 vehículos diarios Este sistema de financiación permite una importante desviación de tráfico. El estudio estima que, en el primer año de funcionamiento del corredor, se alcanzaría una intensidad media diaria de 34.000 vehículos. Basozabal reunirá la próxima semana a una comisión de trabajo para presentar una propuesta final al Consejo de Gobierno de la Diputación para el mes de octubre. "El objetivo es iniciar esta legislatura [antes del verano de 1999] el tramo del Txorierri". La nueva autovía que se construirá es continuación del trazado entre el puente de Rontegi y Derio, en funcionamiento desde principios de la década. Discurrirá a lo largo de casi diez kilómetros en paralelo a gran parte de la carretera general actual entre Derio y el barrio de Erletxes (Galdakao). El objetivo principal de la Diputación vizcaína es aliviar la afluencia de vehículos en la A-8 al habilitar una vía de acceso alternativo por el norte así como ofrecer otro trazado a los tráficos de largo recorrido transeuropeos. Este proyecto formaría un gran cinturón de circunvalación a Bilbao, una vez que entren en funcionamiento hacia el año 2001 los dos nuevos accesos -los túneles de Artxanda y la variante baja de Deusto-, que comenzarán a ejecutarse en el primer semestre de 1999. La circunvalación sería posible al unirse este corredor a la autopista A-8 a la altura del barrio de Erletxes.

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