Vuelve "La saga de los Aznar"

Un estudio de la estética nacional-católica de los tebeos valencianos coincide con un proyecto para revitalizarlos.

"Aplastado el imperio de Nahum, derrotado y cautivo su ejército y pacificados los planetas, el coloso de los espacios, Valera, emprende el regreso a la patria... ¡la Tierra!". Así concluye uno de los números del cómic La saga de los Aznar. Así, parafraseando el último parte de la guerra civil, que, firmado por el generalísimo Franco el 1 de abril de 1939, dice: "En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivo...

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Un estudio de la estética nacional-católica de los tebeos valencianos coincide con un proyecto para revitalizarlos.

"Aplastado el imperio de Nahum, derrotado y cautivo su ejército y pacificados los planetas, el coloso de los espacios, Valera, emprende el regreso a la patria... ¡la Tierra!". Así concluye uno de los números del cómic La saga de los Aznar. Así, parafraseando el último parte de la guerra civil, que, firmado por el generalísimo Franco el 1 de abril de 1939, dice: "En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado". Que se sepa La saga de los Aznar no tiene ninguna relación con el actual presidente del Gobierno español. No parece que el escritor conocido por George H. White, que en realidad se llama Pascual Enguídanos Usach, y hoy vive en su pueblo natal de Llíria, se inspirara en la familia del presidente, a pesar del pasado franquista de su padre. Era, al fin y al cabo, la ideología imperante en los tebeos de la época. El licenciado en Historia del Arte y diplomado en Ciencias Bíblicas José Miguel Chuliá ha estudiado estos cómics a fondo. A él se deben los entrecomillados. Obtuvo el pasado julio un premio de Alfons el Magnànim, dotado con medio millón de pesetas, por su trabajo de investigación La estética del nacionalcatolicismo en un cómic de S. F. [ciencia ficción] valenciano, concedido por la Diputación de Valencia. Chuliá ha analizado los populares tebeos de La saga de los Aznar, que se publicaron en la colección Hazañas de la juventud audaz de la histórica Editorial Valenciana, responsable de El guerrero del antifaz o Roberto Alcázar y Pedrín. En su trabajo, el investigador y profesor de cómic ha desmenuzado las viñetas inspiradas en los personajes de George H. White -cuyas iniciales son las mismas que la del prestigioso G. H. Wells- y ha sacado conclusiones sorprendentes. Como sorprendentes eran las novelas españolas de ciencia ficción del escritor edetano, en las que se basaban los tebeos, muy influidos por Flash Gordon. "Eran las típicas novelas populares de a duro o de bolsillo", aclara Chuliá, quien destaca que los tebeos iban teóricamente dirigidos a un público joven, pero su contenido, "las grandes parrafadas", y su discurso estaban destinados, en realidad, a los adultos. "Sorprende", insiste Chuliá, "en un cómic juvenil tales disquisiciones teológicas". Los protagonistas de La Saga de los Aznar representan el arquetipo predominante de héroe que bebe de la "estética del falangismo". Hay un proyecto de colonización de las galaxias, cuyo epicentro es España, "una unidad de destino universal", cita Chuliá de una de las viñetas. "Yo, Álex Aznar, ciudadano del planeta Tierra, tomo posesión de este planeta conocido por Venus, en nombre de Dios y ante testigos", pronuncia el héroe del cómic al más puro estilo de los conquistadores de América. El dibujo rememora las pinturas de cuando el sol no se ponía en el imperio español, con monje incluido y con la permuta de la espada por un fusil. España, entonces, juega un papel hegemónico en la guerra fría al ser el único país que queda al estallar el conflicto entre EE UU y la URSS. Destrozado el planeta Tierra, la colonización tiene dimensiones galácticas. Y los Aznar viajan por el universo con toda la familia. En Venus se puede apreciar una gran riqueza de razas y culturas, "que harían enloquecer a los historiadores", apunta el estudioso. Una vez más se cumple el tópico de la época del peligro amarillo y el malo del cómic se llama Ming, de rasgos satánicos. Coincidiendo en el tiempo con el premio concedido a Chuliá por su trabajo de investigación, otro especialista en cómics, el filólogo y periodista Antonio Busquets, está promoviendo un proyecto que tiene a George H. White como eje central. De hecho, Busquets pretende volver a publicar los cómics de La saga de los Aznar, pero actualizando su temática y contando con dos dibujantes valencianos que trabajan normalmente con la industria norteamericana: Jesús Yago y Rafa Fontelles. Su propósito es "revitalizar un género muy popular, de gran imaginación, que está desprestigiado por la crítica seria", dice este amante de las historietas, comisario de la reciente exposición dedicada a Pumby que se ha exhibido recientemente en la Diputación. Busquets disfrutó de niño, como muchos otros -entre ellos el diputado provincial Antonio Lis-, con las historias de Enguídanos, de quien aprecia su "increíble imaginación". "Está claro que de los 120 folios semanales que tenía que escribir, muchos de ellos son malos, además de que las condiciones en que trabajaba eran precarias, pero hay otros muy buenos", añade sobre el escritor que también produjo novelas baratas de vaqueros bajo el seudónimo de Van S. Smith. Busquets prefiere fijarse en la gran capacidad de fabulación de Enguídanos, "su visión futurista y sus inventos", y despacha la carga ideológica de los tebeos como algo circunstancial que respondía a una época determinada. El día 29 de este mes, este amante de los cómics y del cine, editor y director de la revista de cultura popular Flash-back, tiene planeado convocar una conferencia en la Diputación que llevará un título parecido a Aquellos tebeos de la paraeta que nos hicieron disfrutar. Entre los invitados, espera contar con Pascual Enguídanos, quien, retirado en Llíria, se muestra muy sorprendido por la idea de revitalizar sus tebeos. Pero Busquets está convencido. La ciencia ficción sigue siendo de gran atractivo, como pone de manifiesto, por ejemplo, la próxima entrega de la trilogía cinematográfica La guerra de las galaxias. Precisamente "la nueva saga de los Aznar debería ser eso: una especie de mezcla entre La guerra de las galaxias y Flash Gordon. Por cierto, George Lucas [director del filme] quería hacer Flash Gordon, pero no tenía los derechos", agrega.

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