El "ovni" del baloncesto sube 12 metros
El Pabellón Álava, cancha del subcampeón de la Liga de baloncesto, el Tau, cambió ayer radicalmente de imagen. Ha perdido la apariencia de un ovni para convertirse en un recinto multiusos y adaptarse a su nuevo aforo: de 5.250 a 9.018 localidades. Ayer se produjo el momento clave de su transformación, al elevarse en 12 metros la cúpula circular que cubre el pabellón. Mediante un complicado sistema de gatos hidráulicos sujetos a las doce torres nuevas que rodean el edificio, las 360 toneladas y 4.536 metros cuadrados del techo se alzaron en cuestión de dos horas. Varios cientos de aficionados...
El Pabellón Álava, cancha del subcampeón de la Liga de baloncesto, el Tau, cambió ayer radicalmente de imagen. Ha perdido la apariencia de un ovni para convertirse en un recinto multiusos y adaptarse a su nuevo aforo: de 5.250 a 9.018 localidades. Ayer se produjo el momento clave de su transformación, al elevarse en 12 metros la cúpula circular que cubre el pabellón. Mediante un complicado sistema de gatos hidráulicos sujetos a las doce torres nuevas que rodean el edificio, las 360 toneladas y 4.536 metros cuadrados del techo se alzaron en cuestión de dos horas. Varios cientos de aficionados, directivos y personalidades presenciaron la operación, iniciada por la mañana y concluida a primera hora de la tarde, tras un pequeño parón provocado por motivos técnicos. La elevación de la cúpula abre los trabajos del último mes de la obra, antes del reestreno del pabellón a partir del 1 de octubre. Hasta entonces, el Tau Cerámica, principal inquilino del recinto, deberá pasar por las incomodidades de un corto exilio en Bilbao durante un partido de Liga ACB (contra el Unicaja) y otro de Euroliga (con el Pau Orthez). La reforma del pabellón no se podrá disfrutar por completo hasta febrero de 1999, cuando termine el segundo tramo de las obras. Entonces, tras cerrarse la inversión de 1.200 millones de pesetas, se podrá utilizar para una amplia gama de deportes. Olvidado queda ya el primer uso que se dio al edificio, cuando acogía ferias de ganado.